La bicicleta eléctrica en la ciudad. Las ciudades españolas y sus habitantes demuestran su voluntad por convertirse en un país cada vez más ciclista. La implantación de las Zonas de Bajas Emisiones, junto con la inversión en infraestructuras, ha impulsado el uso del pedal como medio recurrente de transporte.
Esta tendencia ha ido creciendo en la última década, alcanzando al 50,7% de la población y siendo ya 20 millones de ciudadanos españoles los que usan la bicicleta como hobby o como medio de transporte frecuente.
Teniendo en cuenta este contexto, las bicicletas eléctricas se presentan como una perfecta alternativa sostenible, que además de suponer un 99% de reducción de emisiones de efecto invernadero, permiten ahorrar anualmente más de 2.000 euros en gasolina, en el caso de los vehículos de motor.
La bicicleta eléctrica aporta múltiples beneficios
El uso de la bicicleta eléctrica aporta múltiples beneficios, tanto para la salud física como para la salud mental. Según el barómetro de movilidad, entre las razones destacadas para utilizarlas encontramos que, siendo utilizada varias veces por un mismo usuario, un 84,1% la usa para pasear, un 79,2% para hacer deporte, el 59,6% para desplazamientos cotidianos, un 40,4% para acudir a un centro de estudios y el 36,9% para ir al trabajo.
La bicicleta eléctrica es una buena alternativa, precisamente porque gracias a la batería que lleva incorporada, ayuda al pedaleo, reduce el esfuerzo y lo convierte en un vehículo útil y menos cansado, adaptándose a la condición y personalidad de cada persona.
Ciudades como la Barcelona postpandemia son referentes en esta transición a una movilidad sostenible, con un aumento de un 23% en el último año, llegando a registrar hasta 24.000 desplazamientos diarios y cerca de 1.150 kilómetros de itinerarios ciclistas a disposición de los ciudadanos y ciudadanas. La bicicleta eléctrica en la ciudad.
