Europa tiene los eléctricos y Japón el hidrógeno, pero América va por más: piensa utilizar alcohol. Los últimos años han marcado el mundo en términos energéticos. Acudir a los combustibles fósiles con la misma frecuencia que lo hacíamos antes no es posible debido a su alta y devastadora huella ambiental. Es por eso por lo que hemos sido testigos de la llegada de nuevas alternativas para cubrir las necesidades del ser humano, especialmente en el sector del transporte, uno de los más afectados por la contaminación.
Europa ha mostrado una clara predilección por el coche eléctrico. Las medidas tomadas en el último tiempo en materia de emisiones y regulaciones han obligado a las compañías del sector a invertir en nuestras tecnologías, como los vehículos híbridos y los eléctricos. Europa busca erradicar la venta de vehículos de combustión a partir de 2035, con una revisión previa en 2027, por lo que las firmas tienen prisa en mostrar alternativas que merezcan la pena y cumplan con las expectativas de la UE.
Por su parte, Estados Unidos está encaminando sus políticas hacia el coche eléctrico y China está decidida a imponer esta tecnología. Bajo estas circunstancias, Stellantis alza la voz y asegura tener el motor perfecto para el momento convulso por el que está atravesando el mundo.
Stellantis mira de cerca a América para crear un motor de etanol (alcohol etílico)
Hace un año que Stellantis trabaja en un motor impactante dentro de un proyecto llamado Bio-Hybrid. Va dirigido a Sudamérica, aunque, de cumplir los objetivos, podría implementarse en países donde el vehículo eléctrico no se ve como una opción atractiva. Stellantis está creando plataformas en Brasil donde combinar motores de combustión que funcionen con combustibles alternativos como etanol (alcohol etílico), con la energía eléctrica para bajar el consumo y las emisiones.
En total, hablamos de cuatro plataformas desarrollados. Exceptuando una de ellas que es 100% eléctrica, Stellantis utilizará motores más o menos electrificados que quemarán etanol. Contará con alternativas híbridas autorrecargables y otras enchufables, además de una última microhibridada. La compañía asegura que, durante la producción de etanol para su uso en movilidad se compensan parte de las emisiones de CO2 generadas.
Por lo tanto, el motor difunde a la atmósfera un 60% menos de emisiones que un vehículo de gasolina. Ocurre lo mismo que con el hidrógeno, al que se le adjudica el título de combustible neutro en carbono. La electrificación de estos motores puede ser especialmente relevante en Brasil, donde el empleo de este combustible está muy extendido. Se utilizará bajar todavía más las emisiones y el consumo.
Para defender el desarrollo de estas plataformas más o menos electrificadas, la empresa ha realizado un análisis en el que comparan las emisiones de un motor que funciona con etanol con uno de gasolina y dos motores eléctricos, uno con energía producida en Brasil y otra con energía eléctrica que llega desde Europa.
Stellantis prueba alcohol en motores de América: este es el resultado
En sus conclusiones, resaltaron que el vehículo movido por etanol había difundido un 60% menos de emisiones de CO2 que el de gasolina. No obstante, también se registró un 18% menos que el que disponía de un motor eléctrico movido por energía producida en Europa. Según registra Xataka, no explicaron cómo quedó la comparación con el vehículo eléctrico que empleó energía local.
En definitiva, la búsqueda de nuevos combustibles sigue abierta con grandes actores como Stellantis participando. El motor de alcohol que se está probando en América podría ser una solución relevante para el futuro, pero para acuñarlo con firmeza falta investigación. Mientras tanto, llegan noticias sobre el etanol, concretamente de una nueva arquitectura molecular que realza el maíz como su productor.