Tras el furor causado por el último motor de BMW, Japón ya piensa en un motor del futuro completamente alejado del hidrógeno. Ha fusionado a sus tres míticos fabricantes. El establecimiento de nuevas formas de movilidad ya es una realidad, por lo que compañías de todo el mundo están sumergiendo en un profundo proceso de transformación. Hasta ahora, la tecnología que “ruge” con más fuerza es de la los coches eléctricos. En China, Estados Unidos y Europa ha ganado una gran popularidad, una popularidad que poco a poco se extiende a otras zonas del mundo.
Según BloombergNEF, dentro de 16 años, alrededor del año 2040, el 57% de los vehículos comercializados serán eléctricos. Ford fue una de las firmas en lanzarse a la electrificación. Durante 2020, la primera SUV de su portfolio con tecnología híbrida sorprendió al mundo. Opera con dos motores: uno con gasolina y otro eléctrico y auto-recargable.
El funcionamiento de una pieza u otra es imperceptible para el conductor, pero sí para el medio ambiente. La pieza Kuga usa el modelo eléctrico o ambos automáticamente y de acuerdo a la demanda de potencia. Pero la firma estadounidense no es la única que apuesta por nuevos transportes. Japón está dispuesto a liderar el sector con una alianza revolucionaria.
Japón trabaja en el motor del futuro: se despega del hidrógeno tal y como lo conocemos
Toyota, Mazda y Subaru unen fuerzas para crear motores más pequeños y eficientes netos en emisiones. Esta alianza ha tenido como resultado el desarrollo de motores de combustión neutros en emisiones de carbono “con vistas a la era eléctrica”. La era eléctrica no es algo que pasará, sino que ya está pasando y con gran rapidez, sobre todo después de esta alianza inesperada.
Este trío de marcas podría derivar en la continuación vital de los motores térmicos, pero con la eliminación de todas sus emisiones de carbono. Han desarrollado un nuevo sistema que ha sido estudiado y trabajado, pero su irrupción no se verá hasta dentro de unos meses cuando comiencen con las pruebas de laboratorio. Su apuesta es un conjunto mecánico formado por elementos conocidos como un motor de combustión, una batería y uno o más motores eléctricos.
El objetivo es crear un tipo de coche eléctrico con una autonomía extendida o un híbrido enchufable. Es decir, un método similar al que Mazda utiliza en la actualidad sobre su pieza MX-30 R-EV. No obstante, esto no elimina el ‘problema’ de las emisiones de carbono naturales de los motores térmicos
Sin embargo, estos nuevos sistemas mecánicos no serán como los que han aparecido en el mercado hasta ahora. No utilizarán combustibles fósiles, sino combustibles sintéticos o hidrógeno líquido. Buscan incorporar al mercado motores térmicos cada vez más pequeños que sirvan en exclusiva como generadores de energía para recargar baterías. De esta manera, podrían introducirse bloques de batería más pequeños, menos potentes y asequibles.
Japón mira hacia el futuro de la movilidad con una alianza que retumba en todo el mundo
Mazda ya ha llevado a cabo esta idea. Su motor de combustión MX-30 R-EV es tipo Wankel. Pronto además de utilizar menos combustible, también serán neutros en emisiones de carbono. Los detalles brindados por las tres marcas no son demasiado extensos, pero confirman que “los nuevos motores revolucionarán el diseño de los vehículos, ya que serán más compactos que la actual generación de motores de combustión a pesar de ser mucho más eficientes y potentes”.
Con una visión en conjunto, estas tres marcas de Japón avanzan hacia una movilidad más sostenible con objetivos sostenibles firmes y los recursos para conseguirlo. Una noticia revolucionaria para el sector, casi tanto como la del primer motor de helio.