Tesla ha logrado algo insólito con los coches eléctricos, a tal punto que dejaremos de verlos como los hemos conocido hasta ahora. Una noticia sorprendente que se suma a la preocupante tendencia que confirma el Model Y. Muchos propietarios de coches eléctricos sueñan con el día en que puedan cargar sus vehículos sin cable.
Un sueño que cumplió hace un tiempo atrás un grupo de ingenieros estadounidenses, que aprendieron a suministrar de forma inalámbrica 270 kW a un automóvil. El Laboratorio Nacional Oak Ridge (ORNL) logró realizar la carga de una berlina Porsche Taycan con una potencia récord.
Esto sucedió tan solo tres meses después de que el laboratorio anunciara la entonces carga inalámbrica récord de 100 kW del crossover Hyundai Kona. Según ORNL, su sistema inalámbrico podía incrementar la potencia de la batería en un 50% en 10 minutos. El método de Oak Ridge combina un transmisor de resonancia magnética con un receptor montado en la parte inferior.
Tesla propone una forma de carga de coches eléctricos sin contacto
Ahora, Tesla presenta ante el mundo un sistema de carga inductiva para coches eléctricos sin cables. Permitirá un estacionamiento automatizado y la recarga a través de campos electromagnéticos para transferir energía a las baterías sin necesidad de cables.
El robotaxi, modelo anunciado con el Cybercab y el Cybervan, se convertirá en el primer vehículo en utilizar esta tecnología vanguardista. Estará disponible en 2026 con un precio alrededor de 30.000 dólares. La puesta en marcha de este nuevo método promete simplificar el proceso de recarga y facilitar la conducción de los usuarios al mando.
La carga inalámbrica en coches eléctricos propuesta por Tesla podría ser decisiva para la adopción masiva de coches eléctricos, sobre todo en espacios en los que es difícil instalar puntos de carga fijos.
¿Cómo funciona la carga sin cables de Tesla?
La carga inalámbrica, también denominada carga inductiva, trabaja cimentada sobre los principios de electromagnetismo. Un sistema de carga de esta categoría usa una base que produce un campo electromagnético, que transmite energía a un receptor situado en la parte inferior de la unidad. Esta energía pasa a ser corriente eléctrica, que después se emplea para cargar la batería.
A diferencia de lo que sucede con los sistemas de carga por cable, la carga inductiva no necesita de conexión física, un aspecto que simplifica de manera significativa el proceso de recarga. Durante la presentación del Cybercab, Elon Musk subrayó que este modelo no tendrá que enchufarse para cargar su batería.
“El robotaxi no tiene enchufe. Simplemente, pasa sobre el cargador inductivo y se carga. Así es como debería ser”, expresó el magnate. Uno de los fuertes del uso de la carga inductiva es la conveniencia. Desprenderse de los enchufes simplifica la rutina diaria de carga, particularmente en contextos domésticos en los que la instalación de cargadores puede significar un reto.
Este sistema también resulta atractivo para las personas sin un garaje o espacio privado en el que instalar un cargador. Tesla asegura que la eficiencia de esta carga inalámbrica es “muy superior al 90%”. Una cifra destacada si la comparamos con otros métodos de carga inductiva que han mostrado pérdidas considerables de energía a lo largo de la historia.
Primer modelo Tesla en implementar la carga inalámbrica
Cybercab será el primer vehículo de Tesla en implementar la carga inalámbrica. Aun cuando la tasa de carga de 25 kW es discreta en comparación de los supercargadores de 250 kW que la compañía de Elon Musk otorga en sus estaciones públicas de carga, esta tecnología se percibe como un concepto doméstico. Una instancia en la que la velocidad de carga no resulta tan crítica como la eficiencia y la comodidad.
Con esta innovadora tecnología, Tesla dice adiós a los coches eléctricos convencionales. Busca hacer historia con conceptos nuevos y futuristas, como esta carga inalámbrica o la conducción autónoma (que todavía no puede implementarse del todo debido al amplio número de denuncias contra Tesla).
