Volkswagen sorprende al sector con su pase al hidrógeno en un momento en el que los eléctricos parecen tener el control. De hecho, el fabricante alemán tiene su propia gama de vehículos eléctricos. “Estamos seguros de que los vehículos eléctricos impulsarán el futuro”, es la afirmación expuesta en su página web. El modelo ID.4 2024 es un claro ejemplo de su apuesta por la tecnología eléctrica. Un SUV eléctrico elegante, divertido e inteligente.
El Volkswagen ID.4 Pro dispone de una autonomía estimada por la EPA de 291 millas. Cuenta con un interior espacioso, plagado de tecnología y mucha autonomía. Ofrece una mayor seguridad, por lo que se le otorgó una selección máxima de seguridad por el IIHS.
Para Volkswagen está claro, “la vida con vehículos eléctricos es la buena vida con VW”. “Estamos haciendo todo lo posible para garantizar que cambiar a un vehículo eléctrico sea fácil, conveniente y mejor para todos”, asegura la compañía también su sitio web. Pese a su arraigo al vehículo eléctrico, su nombre ha aparecido de la mano de un modelo de hidrógeno.
Volkswagen apuesta por el coche de hidrógeno
Volkswagen tiene entre manos un coche de hidrógeno que puede alcanzar 2.000 km de autonomía. La firma alemana y la compañía también germana Kraftwerk Tubes patentaron hace un tiempo atrás una nueva pila de combustible de hidrógeno que ofrece una autonomía de hasta 2.000 kilómetros y optimiza los costes.
Cada vez son más los fabricantes que muestran interés por el uso del hidrógeno, como es el caso de Volkswagen. En 2022, salió a la luz la noticia de que la prestigiosa marca estaba trabajando en un proyecto de coche de hidrógeno con pila de combustible. Esto mostraría el deseo de la compañía de ampliar las tecnologías para ofrecer a sus clientes, desprendiéndose paulatinamente del uso de los combustibles fósiles.
De la mano de la empresa alemana Kraftwerk Tubes, Volkswagen solicitó la patente de un coche de hidrógeno que funciona a través de una pila de combustible, según recoge El Confidencial. A diferencia de las baterías de los vehículos eléctricos, que actúan como acumuladores de electricidad que va liberándose según se necesita, las células de combustible de hidrógeno producen su propia electricidad.
Para eso, es necesario un taque donde quede almacenado el H en forma de gas y a alta presión, además de una pila de combustible que convierta el elemento en electricidad. Igual que las baterías, las pilas de combustible también albergan un ánodo y un cátodo, o sea, un polo positivo y otro negativo.
El coche de hidrógeno de Volkswagen podría llegar antes de lo que pensamos
El hidrógeno ingresa por el ánodo y pasa por una membrana de electrolito que divide el hidrógeno en un protón y un electrón. Después, un electrolito permite que tomen caminos diferentes hacia el cátodo. Los electrones circulan mediante un circuito externo, desarrollando un flujo de electricidad que hace posible la funcionalidad del motor.
Por su parte, los protones pasan por dentro del electrolito hacia el cátodo, lugar donde se alía al oxígeno y el electrón, generando agua y calor. Pero el proyecto de Volkswagen y Kraftwerk va más allá porque incluyen una membrana de cerámica en lugar de una de plástico, que es lo habitual.
Esto represente un gran beneficio frente al resto de las pilas de combustibles de polímero, como explicó el director general de Kraftwerk, Sascha Kühn, en una entrevista con la edición alemana de Business Insider: “Puede producirse de forma mucho más barata y no requiere ningún tipo de platino”.
Con este invento, Volkswagen muestra su apuesta por el hidrógeno. Una apuesta que es cada vez más común en todo el mundo. Otro ejemplo claro es la llegada del primer motor de hidrógeno de España.