La realidad es que la empresa Xpeng recién ha llegado a Europa y está sujeta a crecientes derechos de aduana que han sido recientemente implementados como medidas de protección para los coches eléctricos locales. Pero, para contrarrestar los gravámenes impuestos desde Bruselas, la empresa china se ha propuesto producir vehículos eléctricos en el ‘viejo continente’.
¿Deslealtad china?
En China hay más de 150 marcas de automoción, aunque apenas unas pocas son altamente rentables y solo un puñado ha podido ingresar al codiciado mercado europeo. Eso no quita que muchas otras intenten probar suerte. El problema es que esto no es ‘santo de la devoción’ de Bruselas, que desde hace ya un tiempo está tomado medidas para bloquearles el paso a los coches eléctricos chinos.
El percatarse de que Europa estaba subvencionando la entrada de vehículos foráneos (que supuestamente también lo estaban en origen), no ha sido suficiente para frenar la invasión de los coches eléctricos del gigante asiático. Aunque los constructores de vehículos eléctricos locales son cada vez más numerosos.
Pensemos en los modelos electrificados de MG o de Mercedes Benz. Pero no olvidemos que, en los salones del automotor que se celebran en todo el mundo, los BYD y otras marcas chinas no dejan indiferentes a los compradores. Incluso es muy buen ejemplo el de Xpeng, cuyo G9 fue presentado en París hace muy pocos meses y fue muy alabado por los críticos del sector.
Para contrarrestar esta tendencia, la Comisión Europea aumentó los derechos de aduana para los coches eléctricos producidos en China. Esta medida se justificó como una reacción ‘natural’ desde la UE, dado que se considera que la competencia China es desleal, ya que su gobierno supuestamente subvenciona a los fabricantes.
La intención de la Comisión Europea en Bruselas era meridianamente clara: ‘castigar’ económicamente a las marcas chinas con el fin de que las importaciones de los coches eléctricos a los países miembros de la Unión Europea se redujeran de forma considerable.
Pero las marcas chinas de coches eléctricos, es evidente que no tienen intención de seguirles el juego. Y este es precisamente el caso de Xpeng que gracias a los nuevos gravámenes debe hacer frente a un impuesto adicional del 21,3%, que se suma al 10% que ya estaba en vigor desde hace varios años si quiere vender sus vehículos eléctricos en Europa.
¿Coches eléctricos ‘made in’ Europa?
La empresa fundada en 2014 y con sede en Cantón acaba de tomar una decisión contundente, pero que en realidad no sorprende a nadie. Aparentemente, para solventar la cuestión de los impuestos, Xpeng simplemente ha decidido construir su propia fábrica de coches eléctricos en Europa.
Al producir sus vehículos eléctricos in situ, el fabricante estaría exento de impuestos punitivos de importación. Este hecho repercutiría positiva y directamente en sus beneficios. Y según apuntan algunos expertos, ello incluso le permitiría bajar los precios de los vehículos, algo que agradecerán los clientes, pero que no le hará ninguna gracia a la competencia encabezada por Tesla, que hizo exactamente lo contrario: trasladar parte de la fabricación a China.
Estas acciones podrían ser suficientes para ayudar a la firma a tener ventajas en la guerra de precios que inició Tesla el año pasado por con su Model 3 y Model Y. A esta feroz competencia se sumaron varias marcas más, todas ellas tratando de tener los precios más bajos del mercado.
Sin embargo, la jugada de Xpeng será a largo plazo, ya que, la puesta en funcionamiento de su centro de producción europeo no es inminente. De hecho, la empresa sigue buscando el lugar ideal para instalarlo, algo que podría ocurrir en los próximos años.
Una dura competencia
Por el momento, no se ha dado ninguna indicación fiable acerca de cuáles son los países potencialmente seleccionados, pero se supone que Grecia, España y Portugal pueden estar en la lista, lo mismo que Hungría o Rumania.
Quien no estará entre los nominados es Francia, ya que este país es especialmente hostil en lo que se refiere a los coches eléctricos chinos, como demuestra el hecho de haberlos eliminado del bono ecológico. Los expertos aseguran que esta es una de las razones por las que BYD no optó por el país galo, sino que construirá su fábrica en Hungría.
Lo que está muy claro es que Xpeng no es el único que quiere instalarse en Europa. Tesla ha coqueteado con la idea, BYD ya ha dicho que lo hará y aparentemente MG ha puesto sus ojos en España, donde podría montar una gran factoría de coches eléctricos.
Estas ‘jugadas’ serían más que suficientes para permitir que los coches de estas marcas, en teoría, puedan volver a tener derecho al bono ecológico y a estar eximido de varios gravámenes, una vez que se produzcan en Europa. Esta es también la razón por la que Volvo ensamblará finalmente su EX30 en Bélgica.
El establecimiento de una fábrica en Europa también debería permitir a Xpeng aumentar sus ventas en todo el territorio de la UE y, por tanto, aumentar su cuota de mercado. Porque, por el momento, si bien los registros del fabricante chino siguen siendo bastante confidenciales a nivel Europa, en el mercado mundial es evidente que se están quedando rezagados.
Durante la primera mitad del año, se estima que la firma solo pudo colocar 50.000 coches eléctricos en el mercado mundial. Esto corresponde a la quinta parte de lo que su coterránea BYD vende cada mes. Pero pronto también podrá contar con su asociación con Volkswagen, que según tiene planificado, les ayudará a recuperarse e inundar el mercado con sus modelos.
Y ahí está la peor de las noticias para Tesla porque el lanzamiento de la nueva berlina, el MONA M03, podría perjudicar gravemente al fabricante estadounidense. Recordemos que este modelo de coche eléctrico se vende en China por la mitad de precio que un Tesla Model 3. Y los expertos aseguran que tienen idénticas características.