La movilidad sostenible incluye todos aquellos métodos que se empleen para realizar transporte de personas y/o de mercaderías, que funcionan durante períodos de tiempo que a priori no están acotados y cuyo empleo no ocasionará daños al medioambiente.
Si bien algunos de los ejemplos que se verán a continuación pueden parecer aún de ciencia ficción, lo cierto es que en muchos sitios ya están siendo probados y con excelentes resultados, como es el caso de las recargas de coches eléctricos, los buses autónomos o los sistemas de reparto domiciliado a cargo de un “ejército de drones”.
Los coches eléctricos son uno de los elementos más significativos de la apuesta mundial por la movilidad sostenible, puesto que no son contaminantes y sus motores tienen altos rendimientos. El complemento ideal es el car sharing (alquiler puntual de coches particulares), el sistema de coche compartidos, el renting, etc.
La movilidad sostenible prevé que los sistemas de recarga de los coches eléctricos sean cada vez más rápidos y eficientes. Con este objetivo se está invirtiendo en la instalación de puntos de carga rápida y de sistemas innovadores, como el de contacto cero o los de recuperación de energía.
Las bicicletas eléctricas, ya sean propiedad de sus usuarios como alquiladas a través de sistemas públicos o privados, los vehículos compartidos o una copropiedad que maximice su uso, es otra de las alternativas que se contemplan para que la movilidad sostenible sea una realidad en todas partes del mundo.
Los drones como sistema de entrega de paquetería, medicamentos, mensajería, alimentos, pedidos de comidas y una amplia gama de opciones más es otra de las formas de la movilidad sostenible, que se prevé que en un futuro muy cercano se transformen en realidades cotidianas, que no contaminarán el ambiente ni generarán residuos peligrosos.
Los coches autónomos, es decir, aquellos que no necesitan un chofer porque son capaces de conducirse solos son ya una realidad y la idea es que estos sistemas se popularicen y llegue el momento, en el que la movilidad sostenible alcanzará su máximo de eficacia, ya que dependerá de la intercomunicación entre los vehículos, con lo que se podría evitar el “error humano”.
Los trenes, metros y buses que contempla la movilidad sostenible también serán eléctricos, no habrá necesidad de que los conduzca un chofer y la planificación de sus horarios y rutas alcanzará el máximo exponente de la eficacia empleando tecnologías de punta. tales como la IA (inteligencia artificial), el blockchain, la RA (realidad aumentada) y el internet de las cosas.
Por Sandra MG para ‘El Periódico Verde’