En ese momento comenzó una peligrosa y excitante carrera por la vida y la muerte. Una escena típica de un documental de National Geographic, por ejemplo.
Deiric Walsh, de 57 años, guía turístico en el lago Santa Lucía, en Sudáfrica, grabó una excitante carrera por la vida y la muerte de un antílope acuático frente a un cocodrilo. Walsh hacía su trabajo como cada día cuando de repente un antílope se dispuso a cruzar el lago a nado. Los turistas que iban con él lo miraban maravillados, hasta que avistaron, con cierto temor por el animal, a un cocodrilo que seguía sus pasos.
En ese momento comenzó una peligrosa y excitante carrera por la vida y la muerte. Una escena típica de un documental de National Geographic, por ejemplo. Poco a poco el cocodrilo iba ganando terreno al antílope, que ajeno al peligro que le rondaba, continuaba su nado a un ritmo regular. El cocodrilo cada segundo estaba más cerca de su presa, y los turistas del barco no dejaban de animar al antílope para que se pusiera a salvo. Parecía como si quisieran avisarle del peligro que corría.
Escapó por un pelo. En el último segundo escapa de las fauces del cocodrilo. En el momento de hacer pie, el antílope dio un par de saltos que le llevaron hasta la orilla. Una vez en tierra, el cocodrilo nada pudo hacer. Perdió toda su ventaja, que era el agua. Se quedó sin presa ante los aplausos y gritos de alegría de los turistas.
Este antílope es un antílope acuático. Que no os engañen las imágenes, porque es un animal grande, con alturas que oscilan entre el metro y el 1,30 metros y con un peso entre 160 y 275 kilos. Es un fantástico nadador, y se defiende de sus predadores introduciéndose en el agua, un hábitat en el que se encuentra cómodo. El problema está cuando te encuentras con un depredador acuático…
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