Y aunque no lo hayas vivido nunca, solo viendo el siguiente vídeo te darás cuenta de la sensación de la que hablamos.
Nadie en su sano juicio podría rechazar un buen y largo baño de agua calentita, sobre todo si estás muy cansado. Pero si encima ya es un baño con masaje incluido, entonces no es que lo rechaces, es que sueñas con ello y se puede llegar hasta a rogar por él. Si alguna vez te has dado uno de esos, en un spa o porque tu pareja te ha regalado esta maravillosa experiencia, sabrás de lo que habamos.
Y aunque no lo hayas vivido nunca, solo viendo el siguiente vídeo te darás cuenta de la sensación de la que hablamos. Es verdad que el perrito no se mete en un baño con chorros, pero el masaje lo tiene, y mucho mejor que un chorro: es su dueña la que mientras le enjabona y le da un masaje por todo el cuerpo, especialmente en la cabeza. Fíjate en los ojos del pequeño cánido: ¡son de absoluto placer! Llega un momento que hasta los pone en blanco de lo que lo está disfrutando.
¿Quién no se daría un baño así? Ni los perros tienen los bemoles para rechazarlo. Cualquiera estaría horas y horas relajándose. ¿Te estás imaginando la sensación del durante y después, verdad? Pues esta Navidad, regálate uno, que te lo mereces.
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