Las características de este antiguo reptil, hallado en un yacimiento de anidación de dinosaurios en Montana (Estados Unidos), se describen en un artículo publicado este miércoles en Proceedings of the Royal Society B.
Paleontólogos han descubierto por sorpresa restos fósiles de una nueva especie de pequeño lagarto que convivió con los últimos dinosaurios, hace 75 millones de años.
Las características de este antiguo reptil, hallado en un yacimiento de anidación de dinosaurios en Montana (Estados Unidos), se describen en un artículo publicado este miércoles en ‘Proceedings of the Royal Society B’.
Bautizado como ‘Magnuviator ovimonsensis’, la nueva especie llena huecos significativos en nuestra comprensión de cómo evolucionaron los lagartos y se extendieron durante la era de los dinosaurios, según subrayan los responsables del estudio, paleontólogos de la Universidad de Washington (UW) y del Museo Burke de Historia Natural y Cultura, ambas instituciones en Estados Unidos.
«Es increíblemente raro encontrar un esqueleto fósil completo de una criatura relativamente pequeña como esta lagartija«, señala David DeMar, autor principal e investigador postdoctoral asociado en el Departamento de Biología de UW y el Museo Burke. «Pero, de hecho, teníamos dos especímenes, ambos del mismo sitio en Egg Muontain en Montana».
‘Magnuviator’ está remodelando la forma en que los científicos ven los lagartos, su biodiversidad y su papel en ecosistemas complejos durante los días sin preocupaciones de este reptil en el periodo cretáceo hace 75 millones de años. Según análisis de los esqueletos fósiles casi completos, ‘Magnuviator’ era una antigua rama de lagartos iguanas y en realidad son los fósiles de iguanas más antiguos y completos de las Américas.
Hoy en día, las iguanas incluyen camaleones del Viejo Mundo, iguanas y anolis en el trópico americano e incluso el lagarto basilisco de agua o ‘Jesucristo’, por su capacidad de correr sobre el agua. Pero, sobre la base de su anatomía, ‘Magnuviator’ era en el mejor de los casos un pariente lejano de estas familias de lagartos modernos, la mayoría de los cuales no surgieron hasta que se extinguieron los dinosaurios no aviares –y un buen número de lagartos y otras criaturas– hace 66 millones de años.
El equipo llegó a estas conclusiones después de un estudio meticuloso de ambos ejemplares localizados en Egg Mountain durante cuatro años, como una serie de tomografías computarizadas en el Hospital Infantil de Seattle para reducir la ubicación del fósil dentro de una sección más grande de la roca y una segunda ronda en el Museo Americano de Historia Natural para reconstruir digitalmente la anatomía del cráneo.
SIMILITUDES CON IGUANAS DEL CRETÁCICO EN MONGOLIA
El hecho de que ambos esqueletos estuvieran casi completos les permitió determinar no sólo que ‘Magnuviator’ representaba una especie completamente nueva, sino también que sus parientes más cercanos no eran otros lagartos fósiles de las Américas. En cambio, mostró sorprendentes similitudes con otras iguanas del periodo Cretácico de Mongolia. «Estos antiguos linajes no son los lagartos iguanas que dominan partes de las Américas de hoy, como los anolis y los lagartos de cuernos –dice DeMar–. Así que descubrimientos como ‘Magnuviator’ nos dan una visión rara de los tipos de lagartos ‘raíz’ que estaban presentes antes de la extinción de los dinosaurios«.
Pero las sorpresas de ‘Magnuviator’ no terminan con la conexión de Mongolia, sino que el sitio de su descubrimiento también es sorprendente. Egg Mountain ya es famoso entre los recolectores de fósiles: hace más de 30 años, los paleontólogos descubrieron los primeros restos fósiles de bebés de dinosaurios allí y también es uno de los primeros sitios en América del Norte donde se descubrieron huevos de dinosaurio.
«Ahora reconocemos a Egg Mountain como un sitio único para entender los ecosistemas del Periodo Cretáceo en América del Norte«, apunta en un comunicado Greg Wilson, profesor asociado de Biología en la UW y conservador de paleontología en el Museo Burke. «Creemos que los dinosaurios carnívoros y herbívoros vinieron a este sitio repetidamente para anidar y en el proceso de excavación de este sitio estamos aprendiendo más y más sobre otras criaturas que vivieron y murieron allí», añade.
El equipo de investigadores incluso bautizó su nuevo hallazgo con un nombre que hace homenaje a su famosa casa y a sus familiares cercanos lagartos de Asia, ya que ‘Magnuviator ovimonsensis’ significa poderoso viajero de Egg Mountain.
Mediante excavaciones en Egg Mountain realizadas por el coautor David Varricchio en la Universidad de Estado de Montana y el análisis meticuloso de fósiles en instituciones como UW y el Museo de Burke, los científicos están juntando las piezas del ecosistema Egg Mountain de hace 75 millones de años. En aquellos días, Egg Mountain tenía un medio ambiente semiárido, con poco o nada de agua en la superficie, con la presencia de dinosaurios como los hadrosauros y los Troodon.
Los investigadores también han desenterrado mamíferos fosilizados en Egg Mountain, que están siendo estudiados por el equipo de Wilson, así como crisálidas de avispas y granos de polen de plantas adaptadas para ambientes secos. Sobre la base de la estructura de los dientes de ‘Magnuviator’, así como los hábitos alimenticios de algunos lagartos de hoy, los investigadores creen que podría haber comido avispas en el sitio de Egg Mountain.
Aunque según su tamaño relativamente grande para un lagarto –cerca de 14 pulgadas de largo (35,56 centímetros)–, ‘Magnuviator’ también podría haber comido algo completamente diferente. «Debido a los importantes requisitos metabólicos para digerir el material vegetal, sólo lagartos por encima de un cierto tamaño corporal puede comer plantas, y ‘Magnuviator’ definitivamente cae dentro de ese rango de tamaño», apunta DeMar.
Cualquiera que fuera su dieta, ‘Magnuviator’ y sus familiares en Mongolia no lo hicieron en la era moderna. DeMar y los coautores tienen la hipótesis de que estos linajes ‘raíces’ de los lagartos pueden haber desaparecido junto con los dinosaurios no aviares. Pero dado el registro de los lagartos en el registro fósil, se necesitarán más descubrimientos al nivel del ‘Magnuviator’ para resolver este debate, pero, por desgracia, parte del entusiasmo que rodea a ‘Magnuviator’ es que es un hallazgo raro.
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