Entre los meses de octubre y noviembre, cuando las aguas descienden, estos animales comienzan a migrar a través de las rías. Los científicos creen que esta migración se debe a que resulta muy peligroso para ellos permanecer en aguas poco profundas. Si los manatíes no se moviesen, quedarían atrapados y expuestos a cazadores como los caimanes, jaguares e incluso seres humanos, apuntan los investigadores.
La revista «Zoology», donde se ha dado a conocer este hallazgo, explica que el manatí amazónico o «Trichechus inunguis» es un mamífero grande que se alimenta de plantas y vive en aguas dulces. Debido a su particular forma, el artículo lo describe como una mezcla entre una foca y un hipopótamo. Esta especie puede encontrarse sólo en la cuenca del Amazonas, desde la boca del río hasta el origen de los tributarios de Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana y Perú. En concreto, los investigadores de este estudio trabajaron con las especies que habitan las reservas de Mamiraua y Amana, en el noroeste de Brasil. Estos animales consumen plantas acuáticas por el equivalente al 8% de su peso corporal.
www.consumer.es – EROSKI