Los huevos llegarán al Centro Espacial Kennedy cerca de Cabo Cañaveral a la temperatura adecuada. Una vez allí, los cuidarán durante un mínimo de 49 días en un almacén especial, sin moverlos hasta que eclosionen. Después, las crías de tortuga se liberarán en el mar. La reubicación sin precedentes evitará que esas pequeñas tortugas sean arrastradas por las corrientes de la zona donde se encuentran actualmente hasta el área contaminada por el vertido de crudo.
Patricia Behnke de FWC explica que se cree que «hay señales magnéticas ligadas a la ubicación y que penetran en los huevos de las tortugas marinas cuando se encuentran en el nido». Estas señales pueden permanecer con ellas durante décadas, guiando a las hembras de nuevo a su lugar de origen, también para poner sus huevos. Por ello, es posible que las tortugas adultas retornen a la costa este de Florida para anidar.
«Normalmente, a los científicos les gusta tener un montón de pruebas de control para predecir mejor los resultados, pero ahora no tienen ese lujo de tiempo «, apunta Behnke. «La empresa es arriesgada, sin embargo, se presiente que el riesgo de no hacer nada y perder las crías es aún mayor. Es una medida extrema que nunca se llevaría a cabo en otras circunstancias.»
También recuerda que muchas tortugas marinas de Florida, junto con otros animales, tales como el manatí, ya han muerto, debido a una ola de frío mortal que azotó el estado a principios de este año. El impacto de estas muertes sigue siendo desconocido. Incluso las tortugas nacidas en condiciones normales tienen una situación difícil.