El elemento más importante es sin duda la capacidad por parte de la ciudad de mantener una estrategia de protección y gestión de la biodiversidad a través de diversas décadas, que sigue adaptándose a las circunstancias cambiantes del medio natural, siempre amenazado por la presión humana. Todo se inicia en 1970 con puntos de inflexión en las diferentes décadas. El último fue en 2002 con el Plan de Acción para la Sostenibilidad de la ciudad fue aprobado en 2002 en el marco de la Agenda 21 local. La biodiversidad no puede mejorar a corto plazo sino que requiere un trabajo de fondo y esto es lo que ha llevado a cabo la capital finlandesa de forma coherente más allá de épocas, gobiernos y modas.
El Plan de Acción para la Sostenibilidad sitúa como segundo objetivo global la protección y promoción de la biodiversidad en Helsinki, siendo el primer objetivo la reducción de los gases de efecto invernadero. Esto supone que el cambio climático y la biodiversidad son las dos grandes prioridades de la ciudad; se trata de un binomio muy coherente dada la interrelación entre los dos temas.