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domingo, junio 4, 2023

Ingenieros de Montes celebran menor riesgo de incendios tras las lluvias

Los ingenieros de montes consideran que la climatología ha dado tregua a los incendios forestales ya que «es normal que tras un periodo lluvioso el riesgo de incendio se retrase», por lo que es preciso no bajar la guardia, según ha explicado el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Carlos del Álamo.

   «Esa tregua que nos ha concedido el fuego durante los seis primeros meses del año son un alivio para las poblaciones ubicadas junto a nuestros montes, para las administraciones y para las brigadas encargadas de luchar contra el fuego», ha señalado el decano, que ha añadido que las condiciones meteorológicas dan así «algo de tranquilidad» a la sociedad, a la naturaleza y a la economía en 2013.

   Sin embargo, ha advertido de que la gran cantidad de lluvia caída durante el otoño y la primavera y las nevadas inusuales han generado una mayor cantidad de plantas herbáceas en los montes que, en condiciones adversas pueden ser detonantes de grandes incendios.

   Por su parte el portavoz del Colegio y ex jefe del área de defensa contra incendios del Ministerio de Medio Ambiente, Ricardo Vélez ha explicado que las primaveras húmedas son «siempre beneficiosas» para la vegetación forestal porque, por ejemplo el monte mediterráneo está «crónicamente sediento». Por ello, ha añadido que nunca hay que quejarse de la lluvia porque el suelo y la vegetación acumulan agua, lo que «retrasa el momento en que la inflamabilidad se incrementa por el calor».

   Además, ha dicho que aunque el riesgo se retrase, eso no significa que se pueda bajar la guardia, porque los vientos secos pueden aparecer «cuando menos convenga».

   En este contexto, los ingenieros estiman que el hecho de que en los seis primeros meses del año se hayan registrado un 80 por ciento de siniestros, hace que las cifras sean «esperanzadoras» y que, a su juicio, «no hay duda de que el resumen de esta temporada de alto riesgo será mejor que el de 2012».

   En todo caso, aseguran que el riesgo «nunca desaparece» y que precisamente los meses de julio y agosto, que tendrán temperaturas más altas y habrá más sequedad en el ambiente, habrá que estar en «alerta máxima» para evitar cualquier conato de incendio se convierta en un desastre para el monte».

   Por ello, pese a las buenas condiciones, el Colegio de Ingenieros de Montes ha defendido la necesidad de mantener los medios de prevención y extinción, ya que según Vélez, la reducción en la prevención es «preocupante».

BENEFICIOS AMBIENTALES: LA REGENERACIÓN

   En este contexto, los ingenieros de montes valoran que la ausencia de incendios notables y las lluvias abundantes han favorecido a la regeneración del monte quemado, ya que las semillas están favorecidas por el agua. En todo caso, añaden que la regeneración depende de varios factores como el estado del suelo, el tipo de vegetación afectada.

   Además, añaden que la regeneración depende en gran parte del tipo de ecosistema de que se trate, ya que, por ejemplo, los pastizales se regeneran «prácticamente en un año» y los matorrales en unos cuatro o cinco años, aunque la mayoría de las especies de los montes arbolados necesitan décadas».

   Finalmente, el Colegio de Ingenieros de Montes lamenta que el Código Penal contempla penas de hasta 20 años de cárcel por delitos ambientales, lo que consideran una condena «realmente fuerte». Sin embargo, según Vélez, el problema es la aplicación de las mismas, ya que en contadas ocasiones se puede demostrarla implicación de los causantes. «Que los incendiarios no sean castigados no es cuestión de la ley, sino de la dificultad de la aplicación de la misma», han concluido.

ECOticias.com – ep

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