Adiós Dr. Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo. Fue catedrático muy joven, porque de méritos y conocimientos siempre anduvo sobrado. También tenía y en demasía un espíritu y una devoción por la naturaleza tan profunda como contagiosa. Aunque su mayor amor eran los buitres, esos pájaros a menudo despreciados y que el defendía de la mejor forma: enseñando sus virtudes y su importancia y procurando protegerlos.
Pasión por los buitres
Félix Rodríguez de la Fuente ya se había propuesto erigir una “reserva de los buitres” en el paraje segoviano de las Hoces del río Riaza. El Dr. Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo tomó el relevo y convocó a su lado a más de un millar de naturalistas nacionales y extranjeros. Estos le fueron proveyendo de información tan valiosa como apreciada, que él atesoraba y según decía, ‘devoraba’.
De su mano nació el Refugio de Rapaces de Montejo que recientemente festejó su 40 cumpleaños. Y gracias al cual se han llegado a contabilizar a estas aves y sus nidos. Cuentan que cuando el Dr. Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo citaba que en tal o cual año el censo exacto era este, a nadie se le ocurría siquiera ponerlo en duda.
Porque gracias a su obra y a la de los muchos que lo secundaron, cada año en otoño se hace un recuento de los nidos de buitres que se encuentran en las repisas de las Hoces del Riaza. Pero no contento con ayudar a estas, sus rapaces preferidos, también procuraba saber de otras especies vecinas y hacía por ellas cuanto estaba en su mano para preservarla
Generoso e inolvidable
Fue una persona inmensamente generosa que repartió sabiduría y enseñanzas a quien quisiera oírle o leerle. ECOticias.com se hizo eco innumerables veces de sus artículos y de sus logros, por lo que todo el equipo de la revista quiere expresar su más sentido y hondo pesar, porque como siempre, se nos van los mejores.
A nuestros lectores les invitamos a que cada vez que vislumbren una rapaz, y con más razón si es un buitre, le dediquen a este gran hombre un pensamiento, y al ave una exitosa vida. Es la mejor forma de demostrarle al querido y admirado Dr. Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo que su trabajo no ha sido en vano y que nunca le olvidaremos.