El Alcaraván común (Burhinus oedicnemus) es un ave esteparia bastante extendida en España pero que no resulta fácil de observar debido a sus colores discretos, que le permiten un alto grado de mimetismo y a sus hábitos esquivos y nocturnos.
Es durante la época de cría cuando el alcaraván común se detecta con menos dificultad por su característico e inconfundible reclamo, que emite en horas crepusculares. Ocupa una amplia variedad de hábitats abiertos en la España de clima más seco, ya sean eriales, estepas, arenales o tierras agrícolas.
Dada la falta de información que se posee del alcaraván común se ha decidido emplear tecnología de seguimiento de punta basada en GPS, que les permita a los expertos conocer más acerca de esta esquiva avecilla.
Tecnología GPS para el conocimiento del Alcaraván común
En un momento de crisis global como el actual, las aves permiten conocer el estado de salud del planeta. Disponer de información sobre el espacio vital que necesitan durante su época de reproducción, conocer sus rutas migratorias y tener información precisa de sus zonas de invernada aporta una información muy valiosa para contribuir a su conservación.
Gracias a diferentes programas, recopila gran cantidad de información y datos sobre aves, siendo el marcaje con dispositivos GPS una acción que desarrolla desde hace doce años dentro del Programa Migra que desarrolla la ONG con el apoyo de la Fundación Iberdrola España. La ONG considera fundamental el conocimiento científico para hacer frente a la emergencia climática y a la pérdida de biodiversidad.
El objetivo este año es marcar con GPS varios ejemplares de alcaraván común, especie muy ligada a los medios agrícolas, esteparios y mosaicos arbustivos/arbolados herbáceos, con el fin de conocer más sobre sus necesidades de espacio y hábitat durante la época de reproducción, así como sus movimientos fuera de la época de reproducción.
Hasta el momento, se tiene información muy parcial del uso del espacio, tipos de hábitat y necesidades ambientales a lo largo del ciclo vital del Alcaraván común, así como de los problemas que tienen en sus zonas de cría y de invernada. Se considera que avanzar en la mejora del conocimiento de estos aspectos repercutirá positivamente en la mejora del estado de conservación de estas aves.
Conocer los movimientos migratorios
“Los movimientos del Alcaraván común son totalmente desconocidos, aunque algún ejemplar ya marcado en 2024 a modo de prueba empieza a ofrecer sorpresas sobre los diferentes tipos de migración de la especie según sus poblaciones peninsulares de la región mediterránea y atlántica y, desde luego, de la población canaria y balear, donde también se reproduce la especie”, explica Juan Carlos del Moral, responsable del Área de Seguimiento de la organización ecologista.
“Estas diferencias quedarán bien documentadas con los marcajes que se realizarán este año y proporcionarán información clave sobre el uso hacen del territorio durante la época reproductora, invernal y durante los desplazamientos fuera de esos dos periodos. Conocer en detalle el uso del territorio a lo largo del año es clave para poder gestionar adecuadamente el mismo y hacer compatible la biodiversidad con las necesidades energéticas de una población de personas creciente”, concluye Del Moral.
El marcaje de los ejemplares de alcaraván se realizará en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y la implicación de centros de investigación como el Instituto de Recursos Cinegéticos del CSIC, el Centro Tecnológico y Forestal de Cataluña y la Universidad Miguel Hernández.
Estas entidades que ya han realizado pruebas previas de marcaje en la especie de Alcaraván común y aportarán información con la que se generarán resultados este año dentro del programa Migra. Durante esta temporada está previsto marcar 15 ejemplares en varias comunidades autónomas, entre ellas Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid, además de en las islas Canarias y Baleares.
El tamaño de la población global de alcaraván común se ha estimado en 360.000 – 590.000 ejemplares. A Europa corresponderían 123.000 – 193.000, de los que, según la última estima realizada en 2024, entre 74.273 y 110.293 ejemplares se encontrarían en España. Además, gracias a los datos que facilita el programa de seguimiento de aves comunes (programa Sacre), se puede afirmar que, en los últimos 25 años, el declive en sus poblaciones ha sido de un 46 %.
Estos tamaños poblacionales y la evolución de sus efectivos hacen que el alcaraván califique en la categoría de Vulnerable según los criterios internacionales establecidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En Canarias la especie se divide en dos subespecies. La población de las islas orientales se considera como Vulnerable y la población centro-occidental En Peligro de extinción.
Estudio de las rutas migratorias
Desde hace 15 años, la ONG y la Fundación Iberdrola España colaboran en el desarrollo del Programa Migra para estudiar la migración y el comportamiento espacial de las aves a través del marcaje con dispositivos de seguimiento remoto.
En total, durante todo este tiempo, se han marcado 1.446 aves de 41 especies distintas, disponiendo de una base de datos con millones de localizaciones, obtenidas gracias a cientos de personas y entidades colaboradoras, tanto españolas como extranjeras.
El conocimiento adquirido a través del Programa Migra ha permitido, y permitirá, conocer el comportamiento espacial de muchas especies de aves para poder conservarlas en el futuro y evaluar el efecto que el cambio global y la gestión del territorio realizado por la población humana está teniendo sobre ellas.
Con estos trabajos queda registrado el comportamiento migrador actual, lo que, además, permitirá establecer comparaciones con su comportamiento en el futuro, siendo un excelente indicador de los cambios generados con los efectos del cambio climático, de los debidos a la alteración y desaparición de los hábitats y de los distintos impactos que el ser humano ejerce sobre la naturaleza, y que están haciendo que las aves modifiquen sus migraciones.
Cambios en las áreas de invernada, acortamiento de las rutas migratorias, sedentarización de las especies, o variaciones en la fenología migratoria son algunos de los cambios que se están detectando en las últimas décadas en las aves migratorias, gran parte debido a la transformación tremendamente rápida del territorio y del clima que genera la actividad humana.