La Chanta es una antigua cantera de caliza propiedad de Holcim España en la actualidad, situada en la Alcarria de Alcalá, en el término municipal de Corpa. Es el resultado de la estrategia de biodiversidad de la empresa gestora, que demuestra que es posible conseguir un balance neto positivo en biodiversidad tras su restauración.
Tras el cese de la actividad minera se modificó el Proyecto de Restauración original por uno innovador que diese cabida a la conservación y puesta en valor de los nuevos hábitats que se habían generado, como humedales, roquedos de diferente naturaleza, herbazales, formaciones arbustivas incipientes, etc. y que estaban siendo colonizados por especies con cierto nivel de vulnerabilidad e importancia ecológica (sapillo moteado, aguilucho lagunero, collalba negra, mariposa arlequín, etc.).
La Chanta se ha convertido en un modelo de lo que promulga la Resolución de la UICN WCC-2020-Res-088: “Conservación de la diversidad natural y el patrimonio natural en entornos mineros”. Esta Resolución advierte de la necesidad de cambiar la metodología de restauración “al uso” que supone tapar las estructuras geológicas expuestas y los nuevos hábitats creados, independientemente de su interés como patrimonio natural, suponiendo una pérdida irreparable para la sociedad actual y futura.
Además, insta a que prevalezca la conservación del patrimonio natural generado y a acondicionar el espacio minero para usos científicos, educativos y turísticos, como motor de desarrollo rural del territorio.
Una obligación con ayuda de la naturaleza
Desde hace más de 40 años en España es obligatorio que las empresas mineras recuperen el paisaje cuando dejan de explotar el suelo. En este sentido, el Gobierno prepara un nuevo plan para renaturalizarlos de forma más sostenible. Uno de los casos de éxito es el de la Cantera de La Chanta, en la Alcarria de Alcalá, Madrid.
Esta cerró en 2007 y estuvo 13 años abandonada. Durante ese tiempo, la naturaleza hizo su trabajo: invadió los espacios y creó su propio ecosistema. Ahora, entre sus recovecos pueden observarse aves como ratoneros, cuervos o, incluso, algún que otro azor.
De trituradora de caliza a humedal
En 2020, los científicos y la propia empresa comenzaron a restaurar el espacio, aunque aprovechando lo que se había creado. La antigua cantera trituradora de caliza ha pasado a ser un humedal. «Se ha aprovechado en la restauración este humedal, en vez de rellenarlo y taparlo. Da cabida a muchas especies que no saben dónde meterse», explica la directora de Medio Ambiente de HOLCIM España, Pilar Gegúndez.
Insectos, zapillos moteados o patos también han encontrado en esta antigua cantera su oasis. Por otro lado, la pared del depósito ha encontrado una segunda vida como un hotel para pájaros. «Se han convertido en nidos. Entran por detrás y crían», señala el coordinador del Grupo Brinzal, Raúl Alonso
Si no se hubiera llevado la restauración de esta forma, no habría cabida para todas las especies. «Está garantizado que todas las canteras se restauren, solo hay que cambiar el modelo y hacerlo más pensando en la naturaleza», subraya Gegúndez.
La Cantera de la Chanta ha pasado a ser un paraje natural en toda regla y, además, ya forma parte del Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid.