La ONG española Ecologistas en Acción en coordinación con una red mundial de organizaciones marcarán presencia nuevamente en la COP16 que se reanuda mañana en Roma. Esta es la continuación de la que aconteció en la ciudad colombiana de Cali el año pasado.
Recordemos que la COP16 finalizó tras una última sesión del día 2 de noviembre que superó las 26 horas de duración y que lamentablemente culminó, por falta de quorum y sin que se llegasen a concretar los acuerdos mínimos que se esperaban de esta importantísima Cumbre.
El objetivo de la Cumbre que continúa mañana es que el nuevo fondo para la biodiversidad no esté coordinado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, ya que en el mismo participa Estados Unidos, que es uno de los dos países que no han ratificado el convenio de biodiversidad mundial, ni se espera que lo haga, ahora que ha vuelto el negacionista Donald Trump.
Mañana martes dará comienzo en Roma la segunda parte de la COP16 o Cumbre Mundial de Naciones Unidas sobre la Biodiversidad. Las cumbres se celebran cada dos años, pero en la cita de Cali el pasado mes de octubre no se pudo completar la agenda de temas previstos pese a la prórroga de las negociaciones durante toda la madrugada del día posterior a la fecha de finalización prevista. Hasta siete documentos oficiales de negociación quedaron sin el visto bueno de las partes.
Tres temas fundamentales a debate en la segunda parte de la COP16
Entre los temas en debate para la segunda parte de la COP16 destacan tres. Por un lado, la implementación del Marco Mundial de Biodiversidad (MMB) de Kunming-Montreal, la estrategia global para frenar la pérdida de especies y ecosistemas. Debe avanzarse en el establecimiento del sistema de reporte de los progresos de cada país hacia el hito de 2030 como fecha clave para evitar que la degradación de la naturaleza entre en puntos de no retorno que amenacen la vida en el planeta.
En este sentido, la ONG muestra su preocupación por la falta de concreción de indicadores que permitan evaluar si se ha logrado el objetivo de restauración de ecosistemas degradados o de mantenimiento de los servicios de los ecosistemas. Sin indicadores científicamente robustos, se podrían presentar como acciones exitosas algunas que en realidad solo serían estrategias de “lavado verde” de empresas o gobiernos irresponsables.
Asimismo, el sistema y el informe de evaluación de los progresos hacia las metas 2030 del MMB, se prevén como meramente orientativas y voluntarias. La organización considera que sin instrumentos legales vinculantes y de carácter obligatorio será muy difícil, si no imposible, detener la crisis ecológica mundial.
Por otro lado, el acuerdo sobre coordinación con otros convenios y organismos mundiales ambientales también presenta elementos preocupantes a juicio de la organización. Algunas partes, especialmente aquellos países con gobiernos más liberales y de derechas, estuvieron bloqueando en la COP16 de Cali el llamado a que todos los convenios ambientales de Naciones Unidas (y especialmente el de Cambio Climático y el de Biodiversidad) se coordinen con un plan de acción conjunto.
En tercer lugar, el gran bloque de la financiación puede ser el talón de Aquiles de esta COP16. La reunión de Cali se cerró con un precario acuerdo para crear un instrumento financiero nuevo y específico para el Convenio de Diversidad Biológica tal como pedían muchos países del Sur global (hasta ahora se usaban Fondos de medio ambiente, no diseñados para la biodiversidad en su origen), a partir de ahora faltará operativizar este nuevo instrumento y dotarlo económicamente.
Sigue faltando coordinación y acuerdos sobre el dinero
También se renovó el compromiso de identificar y eliminar gradualmente los incentivos públicos que financian actividades destructivas de la naturaleza. Sin embargo, persisten las diferencias en el documento llamado Mecanismo financiero, que sigue trufado de corchetes, indicando discrepancias.
Fundamentalmente, hay una petición de los países del sur de más transparencia, democracia y eficiencia para que los actuales fondos dedicados para apoyar la implementación del Marco Mundial, dado que ha habido grandes dificultades de los países más necesitados para acceder a esos recursos. Y, claro está, de movilizar un mayor volumen de dinero para un desarrollo que proteja la biodiversidad.