Los ecologistas reclaman hoy a Hugo Morán que el lobo vuelva a ser especie protegida

Publicado el: 22 de abril de 2025 a las 12:00
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ecologistas reclaman Morán lobo especie protegida

El lobo, Canis lupus, es una especie emblemática cuya gestión presenta importantes implicaciones ambientales, sociales y económicas. Por ello, su conservación presenta enorme complejidad. Esta dualidad entre protección y gestión, especialmente con relación a la problemática que suponen los daños que causa a la ganadería extensiva, justificaron en su momento que la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza (en 2004) y, posteriormente, la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, aprobaran esta primera Estrategia para la conservación y gestión coordinada del Lobo en España.

En el momento en que se aprobó esta Estrategia nacional (año 2005), de acuerdo con la normativa comunitaria, las poblaciones de lobo al sur del Duero se encontraban incluidas en el régimen de protección especial que otorgaba la normativa ambiental vigente, mientras que al norte del Duero tenían la consideración de especie cinegética si así lo declaraban las diferentes comunidades autónomas.



Desde 2021, la especie estuvo legalmente protegida en todo el territorio tras la inclusión de todas sus poblaciones en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, hasta que en UE rebajaron la protección y en España poco se tardó en seguir sus pasos y quitar a la especie del LESPRE.

Lobo: fuera del LESPRE y a merced de decisiones políticas

Tras la reciente desprotección del lobo a nivel estatal, debido a su exclusión del LESRPE a través una enmienda en la ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, Ecologistas en Acción mantendrá hoy una reunión con el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.



En la reunión se analizará la nueva situación legal del lobo y se instará al ministerio a que ponga en marcha de forma urgente una o varias opciones legales que permitan la inclusión del lobo en el LESRPE de nuevo y la adopción de nuevas medidas para garantizar la protección y la conservación de la especie en un estado de conservación favorable.

En la reunión con Hugo Morán se propondrán medidas para frenar las matanzas de lobos que están autorizando algunas comunidades autónomas, ya que carecen de base científica, suponen una grave amenaza para la supervivencia del lobo y son incompatibles con el estado de conservación desfavorable del lobo.

La Agencia Europea de Medio Ambiente y la red EIONET clasificaron el estado de conservación del lobo en España como “desfavorable” en las tres regiones biogeográficas (alpina, atlántica y mediterránea) para el período 2013-2018. Este diagnóstico, basado en criterios científicos y técnicos, refleja la vulnerabilidad de la población de lobos ibéricos a pesar de su presencia en diversas comunidades autónomas.

El censo oficial de 2014 estimó la existencia de 297 manadas en España, y las estimaciones preliminares de los censos más recientes (2023 y 2024) sugieren un incremento hasta unas 360 manadas, según los datos manejados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y los publicados en prensa por las comunidades autónomas. Aunque este crecimiento pueda parecer alentador, es imprescindible analizarlo con un enfoque más profundo para comprender la viabilidad real de la especie a largo plazo.

¿Qué dice la ciencia?

En biología de la conservación, el tamaño efectivo de población (Ne) es un parámetro fundamental, pues mide el número de individuos que realmente contribuyen genéticamente a las generaciones futuras. En la literatura científica y en particular, en estudios de genética de poblaciones, conservación y biología evolutiva, se ha citado ampliamente como referencia técnica y científica que el umbral necesario para que una población mantenga su potencial evolutivo frente a los desafíos ambientales y adaptativos es un Ne >500.

Estudios recientes han demostrado que, en el caso del lobo, el número de manadas puede emplearse como un indicador fiable del tamaño efectivo de la población. Con unas 360 manadas en España, el tamaño efectivo de la población sigue muy por debajo del umbral de Ne > 500, lo que indica que, aunque la especie esté en expansión en algunas zonas, sigue siendo genéticamente vulnerable y se enfrenta serias amenazas a su conservación a largo plazo.

En el caso del lobo ibérico, este problema se agrava debido a un factor adicional: a diferencia de otras poblaciones de lobos en Europa central y oriental, donde existen metapoblaciones interconectadas que permiten un flujo genético saludable, la población ibérica está prácticamente aislada del resto de poblaciones europeas.

Este aislamiento genético tiene consecuencias graves para la viabilidad del lobo ibérico, ya que impide la incorporación de diversidad genética de otras poblaciones. En ausencia de conectividad con otros núcleos poblacionales, cualquier aumento en el número de manadas dentro de la península debe ser aún mayor para compensar los efectos negativos del aislamiento.

Según la tendencia observada, el número de manadas ha crecido en aproximadamente 63 en los últimos 10 años, lo que equivale a una tasa de crecimiento de 6,3 manadas por año. Si este ritmo de crecimiento se mantiene, serían necesarios al menos 25 años más para alcanzar un Ne > 500, siempre que no se produzcan retrocesos significativos derivados de la caza legal, la caza ilegal, los atropellos, envenenamientos o la pérdida de hábitat.

Lobos al sur de España pero ‘desconectados’ de Europa

En la actualidad, la expansión del lobo en España parece dirigirse principalmente hacia el centro y el sur, con poblaciones asentándose en zonas de Madrid y Castilla-La Mancha, donde la especie había desaparecido hace décadas. Aunque este proceso supone una recuperación del área de distribución histórica de la especie, no contribuye a mejorar la conectividad genética con otras poblaciones europeas.

Para garantizar la viabilidad del lobo ibérico a largo plazo es imprescindible favorecer su expansión hacia los Pirineos, permitiendo la conexión con las poblaciones del sur de Francia y del resto de Europa. Sin embargo, esta expansión enfrenta barreras significativas, más que geográficas, administrativas y sociopolíticas.

La fuerte presión de algunas comunidades autónomas, como Euskadi y La Rioja, ha impedido hasta la fecha que esta expansión se materialice, bloqueando una de las estrategias más eficaces para garantizar la viabilidad genética del lobo ibérico, que es la llegada de la especie a los Pirineos.

Factores fundamentales a tener en cuenta

Teniendo en cuenta todos estos factores, la ONG considera imprescindible que el próximo informe sexenal sobre el estado de conservación del lobo:

  1. Refleje con rigor la clasificación “desfavorable” del lobo en todas las regiones biogeográficas de España, ya que, aunque se aprecia un aumento en el número de manadas, este es todavía insuficiente para asegurar la conservación de la especie a largo plazo y además el aumento se está produciendo hacia el sur y no hacia el este.
  2. Incluya un análisis detallado del tamaño efectivo de población (Ne) y sus implicaciones para la viabilidad genética de la especie, subrayando la insuficiencia del número actual de manadas.
  3. Reconozca el aislamiento genético del lobo ibérico como un problema estructural y establezca medidas concretas para mejorar su conectividad con otras poblaciones europeas.
  4. Adopte una estrategia nacional de restauración de corredores ecológicos, con especial atención a la conectividad en la zona pirenaica, facilitando la llegada de lobos a esta región.
  5. Garantice que la política de conservación del lobo no se vea debilitada por presiones políticas autonómicas, asegurando la protección integral de la especie en todo el territorio español.

El lobo ibérico no solo es una especie clave en los ecosistemas, sino también un elemento fundamental de nuestro patrimonio natural y cultural. Su conservación no debe basarse únicamente en el número de manadas presentes en España, sino en su viabilidad genética a largo plazo y en su integración dentro del contexto ecológico europeo.