La especie Geodia hentscheli forma fondos de esponjas en los océanos Atlántico Norte y Ártico. Este es un organismo común, que está presente en las aguas profundas y que desempeña un papel fundamental en la formación de hábitats biogénicos.
Sin embargo, existe poca información sobre el flujo genético y los patrones de adaptación de esta especie, lo cual es crucial para desarrollar planes de gestión y o de conservación que resulten efectivos en los escenarios actuales de cambio climático y calentamiento global.
Estudiando la esponja Geodia hentscheli
Un grupo internacional de investigadores, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y con participación del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), ha analizado la conectividad y la capacidad de adaptación de una esponja muy común en aguas del Atlántico Norte y el Ártico. Esta especie puede formar extensas agregaciones en el fondo marino.
Tras estudiar genéticamente más de 100 muestras, el equipo considera que la situación de estas esponjas resulta preocupante. Los resultados, publicados en la revista Molecular Biology and Evolution, señalan que la presión ejercida por actividades humanas las pone en riesgo y podría alterar los ecosistemas de aguas profundas donde habitan.
En concreto, los científicos han estudiado la esponja patata (Geodia hentscheli), una especie de crecimiento muy lento y muy vulnerable frente a perturbaciones humanas como la pesca de arrastre o el aumento de la temperatura. Tomaron muestras a profundidades que van, desde pocos metros, hasta cerca de 3000 metros de profundidad a lo largo de su distribución conocida, desde Canadá hasta el Ártico.
Los campos de esponjas forman ecosistemas que ejercen una función fundamental en los hábitats del océano profundo donde se encuentran. “Su función en las profundidades marinas es parecida a la de los bosques en los ecosistemas terrestres, ya que proporcionan protección a una gran variedad de invertebrados marinos, así como a un importante número de especies de peces de interés comercial”, señala el investigador del MNCN-CSIC, Sergi Taboada, primer autor de este artículo. “Con este trabajo hemos querido comprobar cómo las poblaciones de estas esponjas se conectan entre sí y cuál es su estado general de conservación”, continúa.
El importante recurso de las herramientas genéticas
“Las herramientas genéticas de última generación, como la secuenciación masiva o la transcriptómica, nos han permitido determinar que las muestras de G. hentscheli están conectadas genéticamente a lo largo de toda su distribución, a pesar de estar separadas por más de 6 000 kilómetros. Esta interconexión se produce en parte gracias a las corrientes oceanográficas prevalentes”, explica la investigadora Ana Riesgo, también del MNCN y coautora del trabajo.
La corriente principal que conecta las poblaciones de esta esponja es la AMOC (Atlantic Meridional Overturning Circulation por sus siglas en inglés), un sistema que transporta agua cálida desde los trópicos hacia el Norte y devuelve agua fría hacia el sur, y que tiene un papel crucial en la regulación del clima en el hemisferio norte y Europa.
El debilitamiento de la AMOC, detectado en estudios oceanográficos recientes, además de añadir incertidumbre al clima, podría tener efectos difíciles de prever para especies como G. henstcheli, cuyas poblaciones dependen de estas corrientes marinas para conectarse entre sí. Esta falta de conectividad podría provocar el aislamiento de algunas de las poblaciones que puede conllevar la extinción local de estas poblaciones.
“Nuestros resultados también confirman un claro aislamiento genético entre poblaciones que se encuentran por debajo y por encima de los 1300 m de profundidad”, aclara Taboada. Este aislamiento genético se produce por factores ambientales como la presión y la salinidad, que son significativamente diferentes por debajo y por encima de esta profundidad.
Los datos obtenidos indican que las esponjas están perfectamente adaptadas a vivir en estos entornos con condiciones ambientales tan diferentes y que lo hacen, tanto a nivel de la propia esponja, como a nivel de los microbios que viven en simbiosis en su interior.
Esta investigación, pionera en ecosistemas marinos de profundidad, “puede tener implicaciones importantes desde el punto de vista de la conservación de hábitats tan sumamente frágiles como los campos de esponjas. Esperemos que nuestros resultados puedan servir para proteger estos hábitats tan relevantes que son, al mismo tiempo, tan poco conocidos”, concluye Riesgo.
Este estudio proporciona un ejemplo paradigmático a múltiples escalas de la hipótesis de diferenciación de profundidad, un fenómeno causado principalmente por cambios en las condiciones ambientales a diferentes profundidades y relacionados con la presencia de masas de agua con diferentes características que impulsan las adaptaciones locales. ECOticias.com