La cláusula introducida por el PP, Vox, PNV y Junts en la ley contra el desperdicio alimentario que desprotege a los lobos en las provincias norteñas se activó hace unos meses y permitió la modificación del estatus legal en la UE del ‘Canis lupus’ y su retirada del LESPRE como especie en peligro.
A partir de ese momento, en las comunidades más ‘loberas’ los cazadores se frotaron las manos y los Ayuntamientos les dieron autorización oficial para salir a asesinarlos. Cantabria y La Rioja señalaron una cifra máxima de extracciones (eufemismo por matanza) y Galicia directamente les dio vía libre para acabar con los que quisieran y pudieran.
Se han interpuesto infinidad de recursos legales contra estas medidas consideradas irracionales y sin fundamento por la ciencia, que ahora les da la razón a quienes defienden que el lobo es una especie que se encuentra en estado desfavorable y que su caza debería estar absoluta y completamente prohibida.
No sobran lobos, en realidad faltan
La población española de lobo aún no ha alcanzado el umbral que aseguraría su viabilidad ecológica y genética a largo plazo. Por tanto, la especie se encuentra en estado de conservación desfavorable en España. Esta es la principal conclusión de un informe científico independiente, de la mano de dos de los mayores especialistas en la materia, analizando en detalle la situación del lobo y los resultados del nuevo censo nacional.
España cuenta con una población estimada de 333 manadas de lobos según el censo nacional 2021-2024, elaborado por las comunidades autónomas y coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). La cifra se encuentra lejos de las 500 manadas que, de acuerdo al conocimiento científico más actualizado, marcan el umbral de seguridad para la especie que permitiría alcanzar su Estado de Conservación Favorable.
Así lo concluye el informe científico “El lobo en España. Análisis del censo nacional de 2021-2024”, elaborado por dos de los mayores especialistas en la especie a petición de WWF España, para poner en contexto los resultados del censo hecho público recientemente por el MITECO.
El informe explica que, para asegurar su viabilidad genética y ecológica, una población de lobos debe tener unas 500 manadas. Ese umbral de seguridad está ampliamente aceptado por la comunidad científica, y se ha fijado como el mejor criterio disponible para evaluar el estado de conservación de la especie en un estudio científico encargado por la Comisión Europea y publicado en 2025.
El informe científico publicado recientemente precisa que, a la hora de calcular ese objetivo de 500 manadas, debe tenerse en cuenta toda la población biológica de la especie, que en el caso de nuestros lobos corresponde a la población ibérica compartida por España y Portugal: por eso, no tiene sentido hablar de un “estado de conservación favorable” en una determinada región.
En ese cálculo tampoco puede obviarse la variabilidad genética de la especie, un aspecto vital en su conservación. El informe recuerda que entre las cinco grandes poblaciones europeas de lobos, la población ibérica presenta la menor diversidad genética, el coeficiente de endogamia más elevado y la riqueza alélica más baja, lo que podría comprometer su capacidad adaptativa y su viabilidad a largo plazo.
De acuerdo al nuevo censo nacional, la población de lobo apenas ha aumentado en la última década, un 12 % más respecto a la estimación de 2012-2014: de 297 a 333 manadas. Los autores del informe, Juan Carlos Blanco y José Vicente López-Bao, señalan que “probablemente la tasa de aumento en la última década es la menor desde que empezó la recuperación de la especie hacia 1970”.
Los números ‘cantan’
El MITECO debe enviar próximamente a la Comisión Europea el nuevo informe sexenal sobre el estado de conservación del lobo y de otras especies incluidas en las Directivas Aves y Hábitats. La ONG reclama que tomen una decisión basada en la ciencia, y no en intereses políticos o económicos. Está previsto que los responsables estatales y autonómicos discutan el informe sexenal, en una reunión de la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente que se celebrará en breve.
La organización destaca que la mejor evidencia científica disponible no deja lugar a dudas: el lobo en España sigue en estado de conservación desfavorable. Por eso, las administraciones deben trabajar activamente para que la especie se recupere y se extienda hacia sus antiguos territorios, algo incompatible con su persecución sistemática.
“El censo realizado por las propias comunidades autónomas y con una metodología aprobada por ellas mismas y en colaboración con MITECO no deja lugar a dudas sobre el estancamiento de la población y su fragilidad genética”, ha declarado Juan Carlos del Olmo, Secretario General de la ONG en España. “Las comunidades autónomas deben respetar las conclusiones de su propio censo y el criterio científico, aunque esté contradiga sus planes para seguir matando lobos”
En los últimos doce meses, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha emitido tres sentencias (en referencia al Tirol austríaco, Castilla y León y Estonia) que establecen claramente la prohibición de aprobar cupos de caza o de muerte de lobos mientras la especie se encuentre en ese estado desfavorable, algo independiente al reciente cambio legal en su estatus de protección. ECOticias.com