TLC UE-Nueva Zelanda incluye condiciones de bienestar animal. El domingo 9 de julio, la UE y Nueva Zelanda firmaron oficialmente su Tratado de Libre Comercio (TLC) tras cinco años de negociación. Si bien el TLC liberaliza el comercio de todos los productos de origen animal, estimulando así aún más la agricultura animal en la UE y Nueva Zelanda, el Eurogrupo para los Animales sigue celebrando que la cuota de carne de vacuno se reserve para los animales alimentados con pasto.
Desde Eurogroup for Animals dan la bienvenida a la exclusión explícita de la carne derivada de cebaderos comerciales de la lista de productos que se benefician de un acceso preferencial gracias al TLC. Y no solo por el bienestar de los animales, sino también por motivos de sostenibilidad.
Además de ser una fuente importante de contaminación, los corrales de engorde son perjudiciales para los animales. Ya que estos sufren enfermedades respiratorias y digestivas, que son las principales causas de muerte del ganado en estas condiciones de crianza.
Aparentemente, hasta ahora, los emisarios de la política comercial de la UE no se habían percatado de que los métodos de producción insostenibles, incluidos los corrales de engorde, pueden influir en los acuerdos comerciales internacionales.
La sostenibilidad y el bienestar animal van de la mano
Este acuerdo comercial muestra que la UE puede condicionar los flujos comerciales relevantes a estándares más altos de bienestar animal. La UE debería aplicar este enfoque a todos los productos animales en los TLC y negociar condiciones ambiciosas de bienestar animal con todos los socios comerciales, incluidos los países del Mercosur.
¿Por qué sería sostenible incluir carne procedente de feedlots (engorde rápido) comerciales en la cuota otorgada en el acuerdo UE-Mercosur, cuando no es sostenible hacerlo con Nueva Zelanda? Especialmente porque estos son un método de producción mucho más común en los países del Mercosur.
La lucha continúa
Reineke Hameleers, CEO de Eurogrupo para los Animales, opina qué. Aparte de esta condición de acceso preferencial al mercado para la carne vacuna, el TLC, como muchos otros, incluye un capítulo sobre cooperación en bienestar animal. Sin embargo, el lenguaje utilizado en este capítulo sigue siendo aspiracional y el impacto de tal redacción solo dependerá de la voluntad política de la UE y de Nueva Zelanda para trabajar juntos en esto.
Sorprendentemente, el lenguaje sobre el bienestar animal se ha separado del capítulo sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles (SFS), a diferencia de los TLC más recientes de la UE. Esto significa que en ese capítulo no se hace mención al bienestar animal ni a las estrechas conexiones entre el bienestar animal y el bienestar público y ambiental. Esto crea precedentes que pueden ser dañinos y perjudiciales para los animales.
Todo es mejorable
El TLC UE-Nueva Zelanda también ha sido elogiado por ser el primer acuerdo comercial de la UE que integra sanciones en su capítulo de Comercio y Desarrollo Sostenible (TSD). Si bien esto es bienvenido, no cambia la cuestión intrínseca de que, si el lenguaje utilizado en un capítulo de este tipo a menudo no compromete, como es el caso de las disposiciones relacionadas con los animales salvajes y acuáticos, no se puede encontrar ninguna violación al mismo, si existiera.
Introducir condiciones basadas en el bienestar animal en los TLC, como hizo la UE con Nueva Zelanda, es una opción para evitar que la UE externalice aún más sus preocupaciones sobre el bienestar animal.
Sin embargo, dado que las negociaciones de los acuerdos comerciales pueden ser largas y difíciles, Eurogroup for Animals insta a la Comisión Europea a aprovechar la oportunidad única que ofrece la revisión de la legislación de la UE sobre bienestar animal. Es el momento de proponer que todos los productos animales comercializados en la UE cumplan con las reglas de bienestar animal, independientemente de su origen. TLC UE-Nueva Zelanda incluye condiciones de bienestar animal.