El uso de animales en ciencia se reduce en España, pero la presión ética se dispara

Publicado el: 22 de diciembre de 2025 a las 08:48
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El uso de animales en ciencia se reduce en España, pero la presión ética se dispara

El uso de animales en investigación científica, en los últimos años, se ha logrado reducir de forma progresiva en España, alineándose con las directrices europeas y con los avances tecnológicos que permiten métodos alternativos.

Sin embargo, lejos de disminuir el debate, la presión ética y social en torno a la experimentación animal no ha dejado de intensificarse, situando este tema en el centro de la discusión científica y moral.



Según los datos oficiales, el número de animales utilizados en laboratorios españoles ha descendido gracias a la aplicación del principio de las “3R”: reemplazar animales por métodos alternativos cuando sea posible, reducir su número y refinar los procedimientos para minimizar el sufrimiento.

La experimentación animal cae en España, pero el debate ético crece

El número de animales que se utilizaron el pasado año en España con fines científicos y de docencia descendió en 256.973 respecto al año anterior y la cifra se situó en 887.241, lo que supone una disminución del 22,5 por ciento, según datos de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), que ha incidido en la importancia de informar de por qué y para qué se usan.



El importante descenso que se registró el pasado año se explica en gran parte debido a la significativa disminución del uso de peces (más del 60 por ciento), que presentan oscilaciones muy pronunciadas entre un año y otro debido a la utilización de estos animales en estadios muy tempranos (larvas) y en proyectos que requieren cantidades muy elevadas, aunque la contabilidad es la misma: una larva de pez suma lo mismo que un macaco.

Los datos los han dado hoy a conocer en rueda de prensa responsables de la COSCE y de la Asociación Europea de Investigación con Animales (EARA), que han presentado el informe anual sobre el Acuerdo de Transparencia sobre el uso de animales en la experimentación científica.

En la presentación del informe han intervenido Marian Ros (COSCE); Javier Guillén (EARA); Lluís Montoliu (del Centro Nacional de Biotecnología-CSC); y José Antonio Solves, vicepresidente de la Asociación ALBA para la ayuda a las personas con albinismo y profesor adjunto del departamento de Comunicación e Información Periodística de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

La comunidad científica reivindica que los animales siguen siendo indispensables

Todos los intervinientes han subrayado tres ideas principales: que el uso de animales hoy por hoy es absolutamente indispensable; que su utilización está estrictamente regulada; y que se realiza con total transparencia y el convencimiento por parte de la comunidad científica de que no hay nada que ocultar.

Un argumentario al que José Antonio Solves ha sumado una idea: los grandes beneficiarios de la investigación con animales son los pacientes.

La especie más utilizada sigue siendo el ratón (casi la mitad de los animales que se utilizan para la investigación son ratones), según revela el informe, que refleja que el pasado año no se utilizaron ni hámsteres chinos ni peces de la familia ‘Poeciliidae ‘.

Los mamíferos son el grupo de animales más utilizados para la investigación (más de 500.000); seguido de los peces (unos 200.000, en su mayoría larvas), de las aves (unas 150.000), y de una forma minoritaria están los anfibios, los reptiles y los cefalópodos.

Excepto el grupo de los peces, cuyo uso ha disminuido de forma notable, la utilización del resto de animales ha aumentado: un 6,52 por ciento el de mamíferos; un 34 por ciento el de aves; el 33 por ciento el de cefalópodos; y un 313 por ciento el de reptiles, aunque en términos absolutos el número de animales pertenecientes a este grupo sigue siendo muy bajo.

La especie más utilizada sigue siendo el ratón (casi la mitad de los animales que se utilizan para la investigación son ratones), según revela el informe, que refleja que el pasado año no se utilizaron ni hámsteres chinos ni peces de la familia ‘Poeciliidae ‘.

Sobre estos último, su uso experimental está muy extendido en la ciencia por su rápida reproducción, fácil manejo coste reducido y su relevancia ecológica y ambiental.

Mamíferos, aves y reptiles: así cambió el mapa de la experimentación

Sí se registraron por el contrario usos del macaco ‘Rhesus’, que comparte una gran similitud genética y fisiológica con los humanos, aunque en 2023 no se había usado ninguno, y el propio informe señala que el número es muy pequeño aunque las variaciones pueden parecer significativas en términos relativos, y suele responder en la mayoría de los casos al desarrollo o la finalización de algún proyecto muy puntual.

El número total de pequeños monos que se usaron el pasado año en experimentación animal rondó los 300, han informado los ponentes, que han aseverado que nunca se utilizan grandes simios y en ningún caso tampoco se utilizan los animales para la investigación cosmética.

El Acuerdo de Transparencia sobre el uso de animales en experimentación científica en España fue promovido en 2016 por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) para que la sociedad entienda los beneficios, los perjuicios o las limitaciones que tiene el uso de animales con este fin.

Otros similares están vigentes en ocho países europeos (España, Reino Unido, Portugal, Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y Suiza), además de en Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos.

En España, y desde el año 2016, se han adherido al acuerdo un total de 160 instituciones científicas que experimentan con animales -es el país con más entidades adheridas- y que se han comprometido con la transparencia y la comunicación responsable sobre esa utilización y con los principios que se resumen en las tres ‘erres’.

Estos son reemplazar (tratar siempre de encontrar métodos alternativos a los animales), reducir (rebajar el número de animales que se utilizan) y refinar (mejorar el trato que se da a esos animales).

Los animales se utilizaron mayoritariamente para la investigación oncológica, de las enfermedades cardiovasculares o del sistema nervioso, revela el informe, que señala que en el 89 por ciento de los casos el procedimiento aplicado a los animales fue «leve o moderado» y que sólo un 3 por ciento de los que se usaron fueron «no recuperables».

¿Alternativas reales? Organoides y modelos digitales asoman el futuro

¿El futuro? Los intervinientes han incidido en que en la actualidad el uso de los animales para la experimentación científica es indispensable.

Entre las alternativas con más posibilidades de reducir el número que se utiliza han apuntado a los ‘organoides‘ que se crean en laboratorios y pueden replicar la estructura y la función de un órgano real y los «gemelos digitales’ que replican de forma virtual algo físico.

La comunidad científica, por su parte, defiende que en determinadas áreas —como la investigación de enfermedades complejas, vacunas o tratamientos neurológicos— el uso de animales sigue siendo, por ahora, imprescindible. No obstante, reconoce la necesidad de reforzar los comités éticos, mejorar la comunicación y acelerar las alternativas fiables.

¿El futuro? Los intervinientes han incidido en que en la actualidad el uso de los animales para la experimentación científica es indispensable.

Así, España se encuentra en una encrucijada: reduce el uso de animales en ciencia, pero afronta una presión ética cada vez mayor. El reto consiste en equilibrar el avance científico, la protección de la salud humana y el respeto creciente hacia los derechos y el bienestar de los animales. Seguir leyendo en EFE /ECOticias.com

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