El elefante es una especie que desaparece por la codicia humana. El mamífero más grande del planeta tiene un gran depredador: el ser humano. Estos gigantes son víctimas del tráfico de especies por el marfil de sus colmillos, además de la pérdida de hábitats, que también afecta a otras especies como el tigre o el oso panda.
Existen tres especies de elefantes: dos africanas (elefante de bosque y de sabana) y una asiática (elefante indio). Las tres están protegidas e incluidas en la Lista Roja de la UICN con un futuro común muy preocupante: el elefante indio y el africano de sabana están En PELIGRO, y el de bosque En PELIGRO CRÍTICO de EXTINCIÓN.
En las tres últimas décadas hemos perdido el 90% de los elefantes de bosque y, en la misma tendencia dramática, los elefantes de sabana desaparecieron un 60% en el último medio siglo y ya sólo quedan menos de 40.000 elefantes asiáticos.
Los viajes de los elefantes
Científicos británicos y alemanes siguieron a más de 150 elefantes africanos durante 20 años para descubrir cómo afrontan largas caminatas de hasta más de 100 kilómetros diarios. Los resultados podrían servir para mejorar sus santuarios y favorecer su conservación.
Puede parecer contraintuitivo, pero los elefantes salvajes suelen caminar cada día más de 50 kilómetros. Lo hacen en manada y básicamente por tres razones: encontrar comida, encontrar agua y evitar a sus depredadores.
Esta semana, un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Animal Ecology ha revelado que los elefantes africanos poseen además una extraordinaria capacidad para optimizar su consumo de energía al desplazarse.
A partir del análisis de datos de más de 150 individuos, los investigadores han demostrado que estos gigantes cuentan con un GPS interno que les ayuda a planificar sus movimientos en función de los costos energéticos y la disponibilidad de recursos. Los hallazgos podrían proporcionar información clave para la conservación de estos animales y sus hábitats.
Como herbívoros de varias toneladas, los elefantes deben consumir grandes cantidades de vegetación (con un bajo contenido calórico) cada día. Sin embargo, su enorme tamaño implica que moverse en busca de alimento requiera un esfuerzo físico considerable. Por esto mismo, cada paso cuenta.
Los patrones de movimiento
Los investigadores (de la Universidad de Oxford, el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y la Universidad Friedrich-Schiller de Jena) utilizaron datos de rastreo GPS de 157 elefantes africanos recogidos entre 1998 y 2020 en el norte de Kenia.
Esta información fue recopilada por la organización Save the Elephants, ya que para ellos, comprender los patrones de movimiento de los elefantes resulta crucial a la hora de diseñar estrategias de conservación eficaces, especialmente en un contexto de fragmentación del hábitat y aumento de las actividades humanas. Hasta ahora, los factores clave que determinaban estos desplazamientos no estaban del todo claros.
Los resultados revelaron que los elefantes eligen sus rutas considerando diversos factores. El 94 % de los paquidermos estudiados evitó terrenos escarpados y accidentados, lo que sugiere una selección consciente de las rutas más eficientes desde el punto de vista energético. Casi el mismo porcentaje (un 93 %) optó por transitar áreas con mayor productividad vegetal, mostrando una clara tendencia a seleccionar entornos ricos en recursos.
Más división se produjo en torno a las fuentes de agua y cómo estas afectan a los desplazamientos. Algunos individuos permanecen cerca de estos puntos, mientras que otros recorren grandes distancias. Finalmente, la velocidad también afecta a sus decisiones. Un 74 % de los elefantes evitó terrenos difíciles al moverse lentamente, cifra que aumentó al 87% cuando se desplazaban a velocidades intermedias y al 93 % cuando se movían rápidamente.
Según los investigadores, este comportamiento es comparable al de las aves que aprovechan corrientes térmicas para reducir el esfuerzo de vuelo. «Si bien se necesita investigación más detallada para comprender completamente cómo un elefante usa su hábitat, este estudio identifica un factor central en sus decisiones de desplazamiento: ahorrar energía siempre que sea posible», dice el profesor Fritz Vollrath de la Universidad de Oxford, coautor del estudio.
¿Cómo se explican sus movimientos?
Para analizar los datos, los investigadores emplearon un modelo informático (ENERSCAPE) capaz de estimar el costo energético del movimiento según la masa corporal del elefante y la pendiente del terreno. Integrando estos datos con imágenes satelitales de vegetación y disponibilidad de agua, lograron crear un «paisaje energético», algo así como un mapa de calor que explica las decisiones de movimiento de los elefantes.
Después compararon las ubicaciones visitadas por los elefantes con otras áreas cercanas que podrían haber elegido pero no lo hicieron. Esto les permitió identificar los factores ambientales que influyen en sus desplazamientos y selección de hábitat.
Emilio Berti, del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad, indica que «estos nuevos resultados tienen implicaciones importantes para evaluar y planificar medidas de conservación y restauración, como los corredores de dispersión, al tener en cuenta explícitamente los costos energéticos del movimiento».
Los hallazgos también podrían contribuir a predecir cómo responderán los elefantes al cambio climático, un factor crítico ya que afecta tanto a la disponibilidad de alimento como de agua.