Se celebra el Día del Compromiso Internacional del Control del Mercurio con el objetivo de dar a conocer las consecuencias negativas del comercio del mercurio en todo el mundo. El mercurio está ocasionando graves problemas al medio ambiente, ya que provoca envenenamiento en el aire y en el agua.
Cada 23 de febrero se celebra el Día del Compromiso Internacional del Control del Mercurio, una fecha creada con la finalidad de dar a conocer las consecuencias negativas del comercio del mercurio en todo el mundo, así como del tratado aprobado por 140 países para hacer frente a esta problemática.
¿Cuáles son las consecuencias del uso indiscriminado del mercurio?
El mercurio es un elemento químico natural que se encuentra depositado en la roca de la corteza terrestre y que ha sido utilizado para la fabricación de muchos elementos útiles para la humanidad.
Se utiliza para la fabricación de bombillas, termómetros, termostatos, amalgamas en empastes dentales, interruptores automotrices, y otras aplicaciones. Sin embargo, el mercurio está ocasionando graves problemas al medio ambiente, ya que provoca envenenamiento en el aire y en el agua.
El mercurio se usa ampliamente en productos y procesos industriales. Pero tiene una alta persistencia en el medio ambiente, se bioacumula en la cadena alimentaria y puede viajar largas distancias. Para limitar estos efectos negativos tanto como sea posible y de manera efectiva, es esencial una prohibición internacional y global.
Por eso, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha desarrollado un tratado internacional para eliminar, en la medida de lo posible, las emisiones de mercurio. En 2009, el PNUMA inició negociaciones con el fin de celebrar un tratado internacional. El mismo debía regular el control y la reducción de las emisiones de mercurio a fin de garantizar la protección de la salud y el medio ambiente.
Tratado de Minamata
El tratado debía tener en cuenta la presencia de mercurio en su estado natural en nuestro planeta. Por lo tanto, las medidas de reducción tienen como objetivo las emisiones resultantes de las actividades humanas.
El Tratado de Minamata sobre el mercurio, que lleva el nombre de la ciudad japonesa que sufrió la contaminación por este metal altamente toxico en las décadas de 1950 y 1960, fue adoptada por el Comité Internacional de Negociación en enero de 2013 Y entró en vigor en agosto de 2017.
Su objetivo es reducir las emisiones a la atmósfera y, en menor medida, al agua y al suelo. Incluye disposiciones relativas a áreas tan variadas como el comercio, el uso en productos y procesos industriales, el suministro y la eliminación.
Para los productos y procesos industriales, el tratado prevé un mecanismo dinámico. Se pueden introducir plazos para nuevas restricciones sin tener que recurrir a nuevas ratificaciones cada vez que se modifica el texto del tratado.
Grandes esperanzas en el ‘Tratado de Minamata’
En cuanto al vertido, se hace referencia al Tratado de Basilea para garantizar la coherencia entre la legislación internacional. En cuanto a la supervisión comercial, se trata de obligaciones que rigen la importación-exportación de mercurio metálico por parte de los operadores comerciales. Estas disposiciones son similares a las conocidas como el ‘Consentimiento Fundamentado Previo’ del Convenio de Rotterdam.
En el Tratado de Minamata se prevén calendarios y excepciones específicos, en particular para tener en cuenta las distintas situaciones en las diferentes regiones del mundo. Pero asegurando una progresión en el tiempo de estas medidas de prohibición.
Europa desempeñó un papel de liderazgo en este proceso. En particular porque la Unión Europea ya había tomado iniciativas legislativas que iban en esta dirección. Y lo hizo sobre la base del marco definido por la “Estrategia Europea sobre el Mercurio”, lanzada en 2005.
Fuentes industriales del agente tóxico del mercurio
En el Día del Compromiso Internacional del Control del Mercurio 2025, es fundamental recordar que las medidas de reducción de emisiones de este agente altamente tóxico deben aplicarse directamente a determinados sectores industriales:
- Centrales eléctricas de carbón.
- Procesos de fundición y tostado utilizados en la producción de metales no ferrosos.
- Instalaciones de incineración de residuos.
- Calderas industriales de carbón.
- Instalaciones de producción de escoria de cemento.