Según ha señalado Cort en un comunicado, son necesarios 16.042 árboles adultos para capturar este CO2.
El Ayuntamiento de Palma ha instalado durante este último año un total de 3.501 luminarias LED y 926 equipos electrónicos de cinco niveles en lámparas de descarga.
Esta actuación que supone un recorte del 3,6 por ciento de consumo anual y que se evite la emisión anual de 288’76 toneladas de CO2, el equivalente a 68’81 toneladas de petróleo.
Precisamente, esta inversión se enmarca en el proceso de mejora de la sostenibilidad energética y se irá completando hasta el año 2021 con proyectos cofinanciados con Fondos Feder como, por ejemplo, la sustitución de luminarias en lugares como Son Rapinya-Son Vida, donde la instalación de 507 puntos de luz led permitirá un ahorro energético de un 44% y reducirá en 74,64 toneladas de C02 año; o el proyecto de mejora del alumbrado de la Catedral y la Almudaina, que prevé un ahorro energético de un 45%.
La regidora de Infraestructuras y Accesibilidad, Angélica Pastor, ha indicado que se pueden impulsar muchas acciones a nivel local para contribuir a mitigar el cambio climático. «
Las mejoras que ya se han hecho y que se proyectan al alumbrado de Palma, el hecho de sustituir sistemas de climatización en las escuelas o en edificios públicos por energías más sostenibles y, especialmente, la plantación de árboles, demuestran que a nivel municipal también podemos dar ejemplo», ha dicho.
Cambios en edificios municipales
Por otro lado, en edificios municipales se ha cambiado la instalación de la calefacción de gasóleo a gas en siete centros escolares.
Además, se han instalado 60 placas fotovoltaicas para autoconsumo en la cubierta del edificio de la policía de Sant Ferran para reducir el consumo energético y fomentar las energías renovables.
Según Cort, la intención es que a largo plazo todos los edificios municipales de Palma cuenten con placas fotovoltaicas y sean más eficientes.
El Consistorio ha señalado que el servicio de Parques y Jardines es uno de los que ayudan a contrarrestar el cambio climático con actuaciones como la conservación del bosque de Bellver como principal pulmón verde de la ciudad. Este año se han reforestado 300 plantas para reforzar las zonas degradadas del bosque.
Además, se realizan campañas para disminuir los daños provocados por la procesionaria y los perforadores sobre la masa forestal, además de la recuperación de la cubierta vegetal y actividades de repoblación.
En el resto de la ciudad, se proyecta la creación de nuevas zonas verdes y se seleccionan las especies de arbolado más adecuadas para las reposiciones que se realizarán el 2020.
En todos los proyectos municipales se intenta incorporar a los proyectos los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) con la intención de evitar el riesgo de inundaciones, además de impedir la contaminación de las aguas, minimizar costes económicos en la gestión de pluviales y mejorar el paisaje urbano.
Uno de las ventajas es la mejora estética de los barrios o la reducción de ‘isla de calor’ suavizando las temperaturas en la ciudad.