Según han explicado investigadores del proyecto, los avances en el estudio, financiado por el “Centro del Clima (Leitstelle Klimaschutz)” de la ciudad alemana, concluyen que es la capacidad del suelo de almacenar agua la que contribuye a que los parques y espacios verdes ayuden a mitigar el efecto denominado “Isla de calor” de las ciudades con alta densidad de población.
El proyecto HUSCO se creó con el objetivo de examinar la interacción entre la pedosfera, la capa más externa de la Tierra, y atmosfera en el medio urbano, centrando su atención en la cuantificación experimental de la heterogeneidad del clima urbano de Hamburgo.
Para la investigación, se crearon instalaciones de medición en zonas urbanas y semiurbanas de la ciudad de Hamburgo para analizar los diversos efectos de los diferentes tipos de suelo en el clima. Además, instalaron seis estaciones meteorológicas situadas a nivel de suelo para medir los parámetros atmosféricos, junto con otras doce estaciones de medición de suelo con las que se evalúan la cantidad del agua del suelo y la temperatura ambiente en las diferentes estaciones del año.
Gracias a los sensores el proyecto ha ido recopilando información significante para afrontar el cambio climático y han revelado la importancia de que las ciudades tengan terrenos sin pavimentar. Asimismo, los datos recogidos han demostrado que, durante todo el año, las temperaturas son medio grado más bajas en los parques que en el resto de la ciudad, por lo que los parques de una ciudad influyen directamente en el clima local.
“Construir más parques será siempre un beneficio para el clima urbano”, ha indicado Annette Eschenbach, investigadora del proyecto. Y es que, el proyecto, según ha explicado Eschembach, ha demostrado que es mejor crear parques en sitios con suelos húmedos, donde el efecto de de refrigeración funciona mucho mejor.