Los agrocombustibles de primera generación se elaboran a partir de materias agroalimentarias como aceites vegetales, cereales o caña de azúcar.
Ecologistas en Acción lamenta el acuerdo alcanzado por los ministros de energía de la UE hoy en Bruselas sobre las políticas comunitarias de agrocombustibles[1], al ignorar los efectos que estos carburantes están teniendo sobre el cambio climático, el hambre, la deforestación o el acaparamiento de tierras. El acuerdo contempla un límite del 7% para los agrocombustibles de primera generación, lejos de la posición del Parlamento Europeo de un límite del 6% (incluyendo cultivos energéticos) y de la propuesta de la Comisión Europea del 5%. El acuerdo también ignora en la contabilidad de sus emisiones los cambios indirectos en el uso del suelo provocados por los cultivos destinados a agrocombustibles (ILUC), lo que permitirá que se consideren como energías renovables el biodiesel de aceite de palma o de soja, con mayores emisiones que el diesel convencional. Si bien el Consejo reconoce la existencia e importancia de las emisiones por ILUC, inexplicablemente no las contabiliza.
Los agrocombustibles de primera generación se elaboran a partir de materias agroalimentarias como aceites vegetales, cereales o caña de azúcar. De acuerdo con Abel Esteban, representante de Ecologistas en Acción “múltiples instituciones internacionales reconocen que la política europea de fomento de los agrocombustibles ha contribuido a la subida de los precios de alimentos básicos en los mercados mundiales, a la deforestación y al acaparamiento de tierras fértiles para cultivos energéticos. Es decir, hambre y miseria para millones de personas en los países empobrecidos”.
Por este motivo, si bien alcanzar un acuerdo dentro del Consejo Europeo es imprescindible para concluir el proceso de reforma de dicha política, la posición aprobada por los ministros de energía apenas reducirá mínimamente los impactos del consumo de agrocombustibles sobre el clima y la alimentación. Para Abel Esteban, “es imprescindible limitar al máximo la utilización de agrocombustibles de primera generación ahora que el Panel de Expertos sobre Cambio Climático ha confirmado los peores escenarios de aumento de temperaturas. El acuerdo de hoy apenas lo hace».
El Consejo Europeo también ha aprobado un objetivo “indicativo” (no vinculante) del 0,5% para biocarburantes avanzados, fabricados a partir de determinados residuos orgánicos y coproductos y supproductos forestales o agrícolas. Para Ecologistas en Acción, es necesario evaluar la disponibilidad e implicaciones del uso de materiales que, como la paja, ya tienen múltiples usos, algunos de ellos beneficiosos para el clima, como su restitución a los suelos agrícolas o uso como alimento animal.
La organización ecologista denuncia la declaración del Gobierno español de oponerse a cualquier reducción del límite del 7% en la próxima negociación con el nuevo Parlamento Europeo, con la que se cerrará el proceso de reforma. España se alía en esta declaración con países como Polonia o Hungría, que obstaculizan sistemáticamente las políticas comunitarias más ambiciosas en materia de cambio climático. Ecologistas en Acción insta a la Presidencia griega a tener en cuenta también a los estados miembros que han declarado, en sentido contrario, la necesidad de alcanzar una reforma mucho más ambiciosa.
Para Ecologistas en Acción, cualquier objetivo de energías renovables para el transporte europeo solo tendrá sentido si viene acompañado de ambiciosos objetivos de reducción en los consumos y mejora de la eficiencia energética. Para ello es imprescindible reducir las necesidades de transporte de personas y mercancías, y fomentar el transporte no motorizado y los medios colectivos y alimentados con electricidad de origen renovable. En estas condiciones, aquellos biocarburantes que garanticen su sostenibilidad podrán ser buenos aliados de un modelo de transporte europeo sostenible.
Igualmente, la agricultura puede jugar un papel destacado en la lucha contra el cambio climático, a través de las prácticas ecológicas y el apoyo la agricultura campesina, capaces igualmente de garantizar la alimentación mundial, como reconoce Olivier de Schutter, Relator Especial de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación.
Notas
[1] La UE regula el uso de agrocombustibles mediante dos directivas que fijan sendos objetivos para el año 2020. La Directiva de Energías Renovables establece como objetivo que el 10% de la energía utilizada en el transporte europeo provenga de energías renovables. La Directiva de Calidad de Combustibles obliga a una reducción del 6% en las emisiones de carbono de los combustibles utilizados en el transporte. Para cumplirlos, los estados miembros vienen fijando objetivos obligatorios de consumo de agrocombustibles y subsidiándolos, suponiendo que reducen emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los carburantes convencionales. La contabilidad de emisiones vigente contempla sólo sus emisiones directas, pero ignora las generadas por los cambios indirectos de uso del suelo, que para el biodiesel de palma o soja, mayoritarios en el mercado español, anulan cualquier ahorro respecto al diesel procedente del petróleo.