Un estudio pionero en España ha vinculado recientemente el impacto ambiental que pueden tener las decisiones de los consumidores (ya sea por los alimentos que ingieren o por su comportamiento a la hora de cocinar, reciclar, etc.) con los posibles daños que estas pueden ocasionar en a la salud humana.
Salud Global (ISGlobal) explica que sustituir los diferentes tipos de carnes y los lácteos por opciones vegetales y reducir el desperdicio de alimentos podría prevenir hasta un 35% del impacto total anual.
Alimentos y enfermedades
Enfermedades cardiovasculares, malnutrición, diarrea y varios tipos de cáncer son algunas de las consecuencias para la salud humana de los problemas ambientales derivados de la alta demanda de alimentos de origen animal, según ha detallado un estudio del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona.
Entre los 16 grupos de alimentos analizados, la carne, el pescado, los mariscos y los productos lácteos han sido identificados como «los principales responsables del daño ambiental con consecuencias para la salud», ya que representan el 55 % del perjuicio total y suponen una carga «significativamente mayor» que los productos vegetales.
«Aquello que perjudica el medio ambiente, a corto o largo plazo, tiene también un efecto sobre la salud humana«, señala el estudio pionero en España, por lo que «modificar los patrones de consumo y reducir el desperdicio alimentario podría prevenir hasta un 35 % de este impacto».
El equipo de investigación utilizó una metodología científica «de última generación» conocida como Análisis de Ciclo de Vida que permite cuantificar los distintos impactos ambientales del sistema alimentario, desde la producción hasta que llega al consumidor, y cómo estos afectan la salud humana, basándose en encuestas alimentarias de 2022 publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
Además, se identificó que el cambio climático es el principal factor ambiental asociado al daño de la salud humana con un 77 % de responsabilidad, seguido de la formación de partículas en suspensión con un 16 % y la toxicidad humana con un 7 %, aunque también se incluye el agotamiento de la capa de ozono y la radiación ionizante con impactos menores.
¿Qué son los ‘años perdidos’?
La investigación ha determinado que «el impacto medioambiental de la demanda de alimentos en España se asoció a una pérdida de 447.152 años de vida ajustados por discapacidad (AVAD)» sólo en 2022. El concepto Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD) es una métrica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que combina los años de vida perdidos por muerte prematura y los años vividos con discapacidad o enfermedad. Estos efectos negativos para la salud de las personas son consecuencia en un 95 % por el consumo de alimentos y un 5 % por el desperdicio alimentario que se produce en la cadena de abastecimiento.
Como parte de los resultados, los investigadores evaluaron diferentes escenarios hipotéticos que pueden contribuir a mejorar esta situación, como sustituir la carne roja y procesada por carne blanca o, aun más aconsejable, reemplazar «todas las carnes y los lácteos por alimentos vegetales». Este cambio permitiría reducir el daño en la salud humana derivado de factores ambientales hasta un 30 %, y si se elimina el desperdicio de alimentos por parte de los consumidores podría llegar hasta un 35 % en total.
La investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, Ujué Fresán, ha dicho que «los cambios propuestos no solo reducirían el impacto ambiental, sino que también acercarían la dieta promedio en España a las recomendaciones nutricionales de la OMS».
La transición hacia dietas basadas en plantas y la reducción del desperdicio de alimentos pueden disminuir significativamente el daño ambiental a la salud humana, a la vez que promueven prácticas dietéticas más saludables, nutritivas y sostenibles en España. EFE / ECOticias.com