Ayer, después de varios días de intensas negociaciones en Sevilla, en las que participaron autoridades de la mayor parte de los países del mundo (excepto de EEUU) concluyó la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que había sido organizada por las Naciones Unidas.
Los ecologistas se han manifestado al respecto de las conclusiones a las que se ha llegado, explicando que, por un lado, es de celebrar que se hayan llegado a acuerdos y que se den avances en temas de crisis climática. Pero también evidenciaron su malestar por la falta de ambición para conseguir un resultado verdaderamente justo para las economías más afectadas del mundo.
Ante la clausura ayer de la Cumbre de Naciones Unidas en Sevilla, Greenpeace celebra que una coalición creciente de países se haya comprometido a gravar con nuevos impuestos a los multimillonarios y las empresas y actividades contaminantes.
Sin embargo, lamenta que algunos Gobiernos ricos y poderosos de la Unión Europea no hayan respaldado medidas imprescindibles para avanzar en justicia económica global, como abordar la crisis de la deuda, distribuir el poder en las instituciones financieras internacionales o asegurar la cantidad de fondos requerida.
En Sevilla se debería haber conseguido ‘mucho más’
Fred Njehu, responsable de Política Global de la ONG en África, ha declarado: “Sevilla ha sido un momento importante para el multilateralismo, pero los Gobiernos más poderosos no han estado a la altura de la urgencia de la crisis de deuda que enfrentan los países del Sur Global, socavando su bienestar y capacidad para responder a la acción climática.
Un rayo de esperanza es que nuevas coaliciones de países han presentado iniciativas audaces para gravar a los superricos durante esta conferencia. Estas alianzas generan un impulso importante y podrían ayudar a desbloquear el tipo de financiación pública necesaria para reforzar la capacidad de los países de hacer frente a los desafíos sociales y ambientales más allá del pago de la deuda”.
“Durante la Cumbre de Sevilla, bajo una ola de calor histórica, desde nuestra organización lo hemos dejado claro: basta de excusas, hay dinero para la acción climática global y la justicia económica, pero necesitamos acabar con los subsidios a la industria fósil, hacer pagar a los ultrarricos, cerrar paraísos fiscales y detener la desquiciada carrera armamentística.
El mensaje de la sociedad civil en Sevilla ha sido unívoco: Necesitamos más ambición para distribuir poder y riqueza, solo así conseguiremos un planeta justo y sostenible para todas las personas”, ha señalado Carlos García Paret, coordinador de incidencia política de Greenpeace.
“Ahora, los líderes mundiales deben actuar y responder a la indignación pública ante la avaricia de los multimillonarios y de las corporaciones de petróleo y gas. Es fundamental escuchar a los países en la primera línea de la crisis climática, a los expertos y las movilizaciones de la sociedad civil a lo largo de esta conferencia.
Son imprescindibles acciones concretas y transformadoras, tanto en el marco de la Convención Fiscal de la ONU como en la COP30 a finales de este año. Tenemos dinero, tenemos soluciones, solo hay que poner a las personas por encima de la avaricia”, ha concluido Njehu.