Uno de los más grandes desafíos de la humanidad, siempre ha sido el manejo de residuos, sobre todo cuando se trata de nuestros propios desechos, pero ahora la NASA está dispuesta a pagar hasta 3 millones de dólares para resolver ‘el problema de la caca’.
Más allá de nuestro planeta
Sabemos que todas las personas producimos grandes cantidades de residuos, tanto orgánicos como inorgánicos, los cuales terminan contaminando los suelos, vertederos y cursos de agua, pero ¿Sabías que pueden contaminar más allá de nuestro planeta?
Aunque suene extraño, el manejo de nuestros residuos, incluyendo nuestros propios excrementos se ha vuelto un problema que va más allá de nuestro planeta, pues en los viajes espaciales tampoco se sabe que hacer con estos residuos.
Cuando el hombre llegó a la luna, todos celebraron, pero detrás de ese gran logro, se dejó algo más que la famosa huella de una bota, pues Neil Armstrong tuvo que dejar una bolsa de plástico con los excrementos que él y sus compañeros habían generado durante el viaje.
A lo largo de las misiones Apolo, los astronautas dejaron un total de 96 bolsas con heces, orina y vómitos en la superficie lunar para ahorrar peso y poder traer de vuelta más rocas lunares y lo peor es que más de medio siglo después, estas bolsas siguen allí.
Esta situación se ha vuelto en un problema que, la NASA está dispuesta a pagar hasta 3 millones de dólares para resolver, pues el futuro de la exploración espacial podría depender de encontrar una solución para estos desechos.
El problema de la caca en el espacio
La existencia de estas bolsas ha dividido las opiniones de los especialistas, pues algunos consideran que estos desechos son parte del patrimonio histórico de la humanidad y un símbolo de los primeros pasos fuera de la Tierra.
Pero por otro lado, hay científicos que alertan sobre el riesgo de contaminación biológica y que bacterias terrestres presentes en esas bolsas podrían haber sobrevivido, por lo que no se puede seguir corriendo ese riesgo.
En búsqueda de soluciones, la NASA ha propuesto el LunaRecycle Challenge, cuya fase de inscripción cerró el pasado 31 de marzo de 2025, pero ¿De qué trata? Básicamente es un desafío donde la NASA paga hasta 3 millones de dólares para que se creen soluciones que permitan reciclar estos desechos.
El objetivo es dejar de ver la caca como un problema y empezar a verla como un recurso, transformándola en combustible o en algún material útil, del mismo modo que se logró convertir el dióxido de carbono en alimento.
De residuo a recurso ¿Será posible?
La situación se pone más crítica si empezamos a pensar en misiones espaciales más largas. Para ponerlo en perspectiva el viaje de la Tierra a la Luna dura solo cuatro días, pero un viaje a Marte podría tardar seis meses.
Si fueran unas 100 personas, se generarían más de 3.6 toneladas de caca, solo en el trayecto de ida y por supuesto no podemos simplemente dejar esos desechos en Marte, pero tampoco podemos llevárnoslos de vuelta, por lo que es de suma urgencia encontrar otra solución.
Aquí es donde el reciclaje se vuelve fundamental para la supervivencia, es por eso que el LunaRecycle Challenge busca la forma de convertir lo que era basura en algo valioso para una base lunar o una futura colonia en Marte, cumpliendo el compromiso de la NASA con la exploración sostenible.
¿Quién diría que tendríamos que el problema de la caca trascendería nuestro planeta? Pues del mismo modo que descubrimos como gestionar el plástico, si queremos llegar a marte y hacer otros viajes interplanetarios, primero hay que descubrir como gestionar nuestros propios residuos, pues no podemos seguir contaminando nuestro planeta, ni mucho menos ir a contaminar otro.