Sabemos que sin oxígeno, no hay vida, pero generalmente asumimos que aunque nuestro planeta esté contaminado el oxígeno nunca se acabará, sin embargo, en Europa la situación es crítica, pues está fallando lo más importante: los pulmones del planeta.
Los pulmones de nuestro planeta
Aunque muchas veces no le damos la importancia que merece, la lucha contra el cambio climático debe ser una prioridad urgente y para ello, debemos reducir los gases contaminantes como el dióxido de carbono, pero ese camino no ha sido sencillo.
Para reducir estos gases hay 2 caminos, el primero es disminuir la emisión y el segundo aumentar la absorción ¿Suena extraño no? Bueno, aunque lo más importante es dejar de liberar este tipo de emisiones, también es muy importante combatir las emisiones que ya están en el aire.
En este punto, entran en juego unos aliados muy importantes: los árboles. Ellos básicamente son los pulmones de nuestro planeta, pues constantemente trabajan para limpiar el aire y son nuestros principales aliados en esta lucha contra el cambio climático.
En el caso de Europa, los bosques cubren una parte significativa del continente y su papel ha sido muy importante para compensar las emisiones generadas por las industrias, coches y hogares, sin embargo, en los últimos años la situación ha empeorado y nuestros aliados están sufriendo.
Los árboles están en peligro
En los últimos años, los investigadores han advertido sobre el aumento de las presiones que sufren estos ‘pulmones’, ya que la mayor frecuencia de olas de calor, las largas sequías y la explotación excesiva han comenzado a pasar factura.
Un reciente estudio, publicado en la revista Nature ha encendido todas las alarmas, pues indica que los bosques europeos pasaron de absorber 457 millones de toneladas de CO2 anualmente entre 2010 y 2014, a únicamente 332 millones de toneladas entre 2020 y 2022.
Esto significa que en tan solo una década, los bosques europeos han perdido casi un tercio de su capacidad para capturar carbono. La situación es tan crítica como la sequía extrema de esta ciudad y no se trata de una amenaza futura, sino de una realidad que exige tomar medidas inmediatas.
Pero ¿Por qué está ocurriendo esto? Según los expertos las razones son varias, pero la principal es la tala intensiva de árboles combinada con un aumento de los desastres naturales, como los incendios y las plagas.
Pero también se le suman los efectos del cambio climático, especialmente las sequías y las olas de calor, pues las altas temperaturas y la falta de agua terminan afectando la fotosíntesis de las plantas y su capacidad para absorber carbono.
Europa debe actuar rápido
Ante esta crisis, los investigadores proponen un conjunto medidas urgentes, comenzando por un ‘cambio de chip’ en la gestión forestal, pues insisten en que no podemos seguir considerando a los bosques únicamente como una fuente de madera, sino que debemos verlos como aliados en esta batalla.
Para lograrlo, hay que mejorar el control de los bosques, lo que significa tener datos fiables y constantes sobre su salud para poder tomar medidas a tiempo, además, es necesaria una gestión sostenible que se enfoque en cuidar los bosques y fortalecerlos frente a los efectos del cambio climático.
Por último, es clave apostar por la diversidad y la conservación, mezclando zonas de producción de madera con otras de protección total. Esto ayuda a que los bosques, con árboles de diferentes especies y tamaños, sean más resistentes y puedan cumplir sus funciones.
Este estudio es una llamada de atención para que Europa comience a actuar y se dé cuenta que el camino a seguir no es solo plantar más árboles, sino proteger y gestionar los que ya tenemos de una forma más inteligente y sostenible.
Los bosques son nuestros aliados en la lucha contra el cambio climático y son los pulmones de nuestro planeta, pero su capacidad para absorber CO2 no es infinita, por lo que Europa deberá actuar antes de que sea demasiado tarde, además España también está esperando que Europa despierte y le ayude a salvar el planeta.