La NASA trabaja en un innovador sistema de control de tráfico aéreo de drones similar al empleado en el tráfico aéreo convencional para mantenerlos en vuelo a altitudes de entre 120 y 150 metros.
Drones, drones y más drones. De un tiempo a esta parte no se deja de hablar de ellos, entre otras cosas debido al auge de los programas de investigación centrados en los mismos, y cada vez parece más claro que en el futuro los veremos haciendo toda clase de cosas, desde entregar paquetería hasta ayudar en la vigilancia de instalaciones. O sea, que si todo va por donde se espera, en no mucho tendremos cientos o miles de vehículos aéreos no tripulados comerciales surcando nuestros cielos, ante lo que cabe preguntarse cómo los organizaremos ahí arriba cuando eso llegue, una cuestión nada simple en la que la gente de la NASA justamente está trabajando para proporcionar una solución.
Afinando más, un equipo de la agencia estadounidense que nos ocupa, capitaneado por el investigador Parimal H. Kopardekar, viene desarrollando desde no sabemos cuándo un sistema de control de tráfico aéreo de drones similar al empleado en el tráfico aéreo convencional para mantenerlos en vuelo a altitudes de entre 120 y 150 metros (la altitud a la que volarán la mayoría de los drones comerciales) de forma segura tanto para ellos mismos como para las personas, vehículos, edificaciones y demás elementos.
En concreto, dicho sistema monitorizará el tráfico de drones en sí en los cielos junto a las condiciones climáticas (algo vital porque cosas como el viento pueden afectarles mucho más que a los aviones regulares) y otros factores y los asistirá en sus rutas con tres objetivos principales: uno, evitar colisiones entre aparatos o con otros vehículos que vuelen a baja altura (un helicóptero de una cadena de noticias mismamente) y edificios, dos, dirigirlos por regiones en las que las condiciones climáticas sean las óptimas, y tres, prevenir que se adentran en zonas de exclusión aerea prefijadas (un aeropuerto importante por ejemplo).
Eso sí, a diferencia de los sistemas de control de tráfico aéreo convencionales, que requieren de personas detrás operándolos, el de la NASA destinado a drones será completamente autónomo, al igual que los propios vehículos aéreos no tripulados comerciales (todos los que se están desarrollando tienen esta característica, el poder volar sin que nadie los controle remotamente todo el tiempo como sí pasa en lo militares). Es decir, que en vez de controladores aéreos, el sistema tirará de ordenadores y algoritmos para indicarles a los drones por dónde pueden o no volar.
Y de momento, poco más sabemos sobre el invento. Lo mejor es que aunque puede sonar un poco a ciencia ficción, no lo es en absoluto porque ya lo tienen bastante avanzado, lo que el propio Kopardekar ha dejado claro al comentar que tan pronto como el próximo año esperan empezar a utilizarlo en el campo de la agricultura.
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