Investigadores de la Universidad de Dartmouth (EEUU) han desarrollado una innovadora aplicaciĆ³n para analizar la mente de una persona y medir su salud mental.
Muchas aplicaciones de telĆ©fono inteligente utilizan los sensores del dispositivo para tratar de medir el bienestar fĆsico de las personas, por ejemplo contando cada paso que dan. Una nueva aplicaciĆ³n desarrollada por investigadores de la Universidad de Dartmouth (EEUU) sugiere que los sensores del telĆ©fono tambiĆ©n se podrĆan utilizar para analizar la mente de una persona y medir su salud mental.
Un total de 48 estudiantes permitieron que la aplicaciĆ³n recopilase informaciĆ³n desde sus telĆ©fonos durante un perĆodo de 10 semanas, y los patrones en los datos coincidieron con los cambios en el estrĆ©s, la depresiĆ³n y la soledad observados en el tipo de cuestionarios que utilizan los mĆ©dicos para evaluar el estado de Ć”nimo y la salud mental de sus pacientes. Las tendencias en los datos del telĆ©fono tambiĆ©n se correlacionaron con las calificaciones de los estudiantes.
Los resultados sugieren que las aplicaciones de telĆ©fonos inteligentes podrĆan ofrecer a los usuarios y a los mĆ©dicos nuevas formas de gestionar el bienestar mental, afirma el profesor de Dartmouth que dirigiĆ³ la investigaciĆ³n, Andrew Campbell.
Estudios previos han demostrado que los dispositivos mĆ³viles personalizados pueden medir indirectamente los estados mentales. El estudio de Dartmouth, sin embargo, utiliza telĆ©fonos inteligentes Android como los que poseen millones de personas, asegura Campbell. Ā«Somos los primeros en usar telĆ©fonos y sensores estĆ”ndar que simplemente llevas contigo sin ningĆŗn tipo de interacciĆ³n con el usuarioĀ», afirma. La semana pasada fue presentado un documento sobre la investigaciĆ³n en la Conferencia Conjunta Internacional ACM sobre ComputaciĆ³n Generalizada y Ubicua de Seattle (EEUU).
La aplicaciĆ³n de Campbell, llamada StudentLife, recopila datos como el movimiento y la ubicaciĆ³n de un telĆ©fono, asĆ como la hora de las llamadas y los mensajes de texto, y de vez en cuando activa el micrĆ³fono en el dispositivo para ejecutar un software con el que saber si estĆ” ocurriendo una conversaciĆ³n en las inmediaciones. Unos algoritmos procesan la informaciĆ³n en registros de actividad fĆsica de la persona, patrones de comunicaciĆ³n, patrones de sueƱo, visitas a distintos lugares y una estimaciĆ³n del tiempo en que estuvo involucrada en una conversaciĆ³n cara a cara. Muchos de los cambios en los patrones se correlacionaron significativamente con cambios en las mediciones de la depresiĆ³n, la soledad y el estrĆ©s. Por ejemplo, una disminuciĆ³n de la exposiciĆ³n a conversaciones cara a cara indicaba depresiĆ³n.
Los cuestionarios usados en el estudio para medir la salud mental son los que suelen utilizar habitualmente los mĆ©dicos para evaluar a los pacientes que buscan ayuda para sus problemas de salud mental. Para Campbell, en el futuro los datos procedentes del telĆ©fono de una persona podrĆan proporcionar una imagen mĆ”s detallada con la que aumentar el cuestionario que se lleva a cabo cuando una persona busca ayuda. Campbell tambiĆ©n estĆ” planeando nuevas investigaciones sobre cĆ³mo utilizar los datos de la aplicaciĆ³n para alertar a las personas o sus cuidadores cuando los patrones de comportamiento indiquen que su salud mental pueda estar cambiando. En el caso de los estudiantes, este enfoque podrĆa proporcionar una forma de reducir las tasas de abandono escolar o ayudarles a mejorar su rendimiento acadĆ©mico, seƱala Campbell.
Ā«La intervenciĆ³n es el siguiente pasoĀ», afirma. Ā«PodrĆa consistir en algo tan simple como decirle a una persona que debe participar en conversaciones para mejorar su estado de Ć”nimo o que, estadĆsticamente, si sales de fiesta sĆ³lo tres noches a la semana tus notas mejoranĀ». Campbell tambiĆ©n estĆ” trabajando en un estudio para probar si una aplicaciĆ³n similar podrĆa ayudar a predecir las recaĆdas en personas con esquizofrenia.
Una start-up llamada Ginger.io con una aplicaciĆ³n similar a la de Campbell ya estĆ” probando ideas similares con algunos proveedores de atenciĆ³n sanitaria. En un ensayo con diabĆ©ticos, los cambios en el comportamiento de una persona desencadenaron una alerta para las enfermeras, que contactaron al paciente para asegurarse de que estaba tomando la medicaciĆ³n (ver Ā«Una aplicaciĆ³n para supervisar a los pacientes a distanciaĀ»).
El director general y cofundador de Ginger.io, Anmol Madan, afirma que el estudio de Dartmouth es una prueba mĆ”s de que estas ideas son valiosas. Sin embargo, seƱala que se necesitan estudios mucho mĆ”s grandes para convencer realmente a los mĆ©dicos y proveedores de atenciĆ³n sanitaria de que adopten un nuevo enfoque. Ginger.io ha encontrado asociaciones similares entre sus propios datos y escalas clĆnicas de la depresiĆ³n, asegura Madan, aunque los resultados no han sido publicados.
Tanto Ginger.io como el trabajo de Dartmouth estĆ”n inspirados en una investigaciĆ³n del Media Lab del Instituto de TecnologĆa de Massachusetts (MIT, EEUU) que estableciĆ³ la idea de que los datos de los dispositivos personales ofrecen una nueva forma de estudiar el comportamiento humano. El investigador que ayudĆ³ a desarrollar este enfoque, Yaniv Altshuler, afirma que el estudio de Dartmouth es una aportaciĆ³n interesante al trabajo del MIT, aunque tambiĆ©n nos recuerda que toda esta cantidad de informaciĆ³n mĆ³vil tendrĆ” sus inconvenientes. Poder utilizar los dispositivos mĆ³viles para conocer informaciĆ³n altamente personal sobre los usuarios podrĆa plantear nuevos riesgos de privacidad.
Campbell, cuyo estudio fue autorizado por un comitĆ© de revisiĆ³n Ć©tico, asegura que sus resultados muestran cĆ³mo la minerĆa de datos puede saltarse por lo alto las reglas de privacidad existentes. Un proveedor de atenciĆ³n sanitaria que recopile datos a travĆ©s de cuestionarios de salud mental estĆ”ndar tiene que seguir las regulaciones de privacidad de datos que establece la HIPAA (siglas en inglĆ©s de la Ley de Responsabilidad y Portabilidad de los Seguros Sanitarios) de EEUU. No estĆ” tan claro quĆ© normas aplicar cuando esos mismos datos se obtienen de una aplicaciĆ³n de telĆ©fono. Ā«Si puedes usar ciertas seƱales para, por ejemplo, deducir que soy manĆaco depresivo, no estĆ” claro cuĆ”l es la regulaciĆ³n que rige a esos datosĀ», afirma.
Sea cual sea la respuesta, probablemente las aplicaciones para registrar el tipo de datos que Campbell ha recopilado se harĆ”n mĆ”s comunes. Los sensores de los telĆ©fonos inteligentes son ahora mucho mĆ”s eficientes en cuanto al uso de energĆa, asĆ que hoy dĆa es posible registrar datos de forma detallada y constante sin agotar la vida de la baterĆa. Ā«Hace aproximadamente seis meses los mĆ³viles han llegado al punto en que podemos llevar a cabo labores de detecciĆ³n las 24 horas, los siete dĆas de la semanaĀ», seƱala Campbell. Ā«Ya contamos con toda la tecnologĆa necesaria para hacer cosas asĆĀ».
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