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domingo, abril 2, 2023

Tomás Escobar, un innovador menor de 35 años

El MIT Technology Review Innovadores menores de 35 Argentina y Uruguay reconoce Tomás Escobar, por su plataforma educativa que ofrece formación continua sobre las profesiones del presente y el futuro.

Durante la próxima década el 77% de los puestos de trabajo requerirán algún grado de conocimientos de tecnología. Esta situación generará un déficit de profesionales formados que puedan cubrirlos y evidencia que el mundo está cambiando mucho más rápido de lo que el sistema educativo tradicional puede asumir. Algunos expertos vaticinan que el 65% de los jóvenes que están ahora en el instituto trabajarán en profesiones aún no inventadas.

Para formar a la fuerza de trabajo de la próxima década, el emprendedor Tomás Escobar ha creado una nueva herramienta educativa llamada Acamica. La plataforma, accesible desde ordenadores y móviles, nació en mayo de 2013 con la meta de «educar a los mejores profesionales tecnológicos de hoy y del futuro», según asegura su creador, Tomás Escobar. Este joven argentino considera que la universidad es «una muy buena forma de obtener una base» pero no puede adaptarse a suficiente velocidad a la avalancha de cambios en áreas tecnológicas: «Hace 10 años no existían ni Facebook ni Google y hace cinco no había ni Whastsapp ni Android», recuerda. Él mismo abandonó en 2011 la carrera de Ingeniería en Computación en la Universidad de Córdoba (Argentina) porque sentía que para estar «a la vanguardia del desarrollo y el emprendimiento web» debía empezar a ser autodidacta y aplicar lo aprendido en el mundo real.

Acamica comenzó ofreciendo la posibilidad de cursar algunos módulos de cinco carreras del ámbito de las tecnologías digitales, entre ellas, desarrollador web, desarrollador de juegos y desarrollador de apps para móviles. Sin embargo, pasados unos meses, Escobar y su equipo decidieron centrarse en ofrecer todos los módulos de una sola de ellas. Desde octubre de 2014 la nueva versión de su plataforma ya ofrece los 23 cursos que componen la carrera de desarrollador web. Escobar explica: «Tener cursos separados no era la mejor forma de plantearlo porque lo que realmente necesita la mayoría de los usuarios es una guía». Por eso decidieron crear carreras que empiezan de cero y llevan a alumno a ser «una persona empleable», en este caso, como desarrollador web.

Escobar planea desarrollar las otras cuatro carreras a continuación, pero no descarta que «la demanda de la gente y del mercado laboral» les lleve por otros derroteros: «Quizá nos demos cuenta de que la próxima carrera debe ser otra», señala.

Antes de fundar Acamica, Escobar creó en 2011 Musicuo, una plataforma para escuchar música online que llegó a tener dos millones de usuarios. Pero si por algo es conocido es por fundar con 19 años Cuevana, una web de series y películas online que llegó a tener 15 millones de usuarios únicos mensuales y levantó las iras de las grandes majors estadounidenses como Warner, HBO y Fox. Escobar recuerda: «Fue un hobbie que creció, se convirtió en un monstruo y se me escapó de las manos. Intenté encontrar la forma de convertirlo en un emprendimiento y generar valor para las productoras y para el usuario pero finalmente no se pudo». La batalla legal contra las majors concluyó en 2012 y hoy el sitio sigue activo, pero Escobar, desvinculado de él, mira hacia el futuro: «Estoy concentrado en Acamica al 100%», asegura.

Estudiar y aplicar

Acamica rechaza el concepto de educación como un pack y por eso su oferta es un servicio de suscripción. El usuario obtiene así educación permanente y herramientas para poder aplicar lo aprendido en un trabajo. Este enfoque se traduce en un servicio freemium con el que cualquiera puede hacer gratis toda la carrera en Acamica. Hay un máximo de un curso al mes sin coste, y si el usuario quiere avanzar más rápido y acabar la carrera en 6 meses debe suscribirse por 10 dólares (8 euros). Pagar esa cuota ofrece otras ventajas: certificación para poder solicitar trabajo en empresas con las que Acamica establecerá convenios, soporte para resolver dudas, y en el futuro, tutorías individualizadas con un programador experto.

La meta de Acamica es «llegar al usuario de forma masiva pero económica» con una propuesta que actualmente no existe: cursar una carrera en internet de forma gratuita. Coursera o Udacity ofrecen cursos online, pero Escobar afirma que al estar «desasociados» no solucionan el problema de fondo, que es «lograr un mejor trabajo y una mejor vida».

Otro aspecto diferenciador de Acamica frente a otros sitios de contenido educativo es que el vídeo no es el núcleo de su aprendizaje. Escobar explica que están convirtiéndolo en un elemento secundario y dando protagonismo a dos ejes, la interactividad y la personalización, que es «donde realmente sucede el aprendizaje». Para potenciar esos pilares han limitado la duración de sus vídeos a cinco minutos como máximo y los usan sólo para transmitir conceptos teóricos. A cambio, usan otros elementos, como los desafíos, los proyectos y las mecánicas de juego. Así el estudiante aprende resolviendo desafíos que le obligan a escribir código (en un editor propio incorporado en la plataforma). También desarrollan proyectos a partir de modelos en los que «se desafía al usuario y se le guía hasta que termina creando algo». De esta forma tiene una «gran sensación de progreso» y esto favorece su interacción y compromiso, asegura Escobar.

Para ofrecer oportunidades laborales a sus estudiantes Acamica está en contacto con empresas que requieren constantemente desarrolladores de software como Mercadolibre y Globant. Acamica les permitiría externalizar las formaciones internas que ellos imparten para cubrir su demanda de personal cualificado. Escobar tampoco descarta que Acamica desarrolle en el futuro «una pata offline» para enseñar «tecnologías con una parte presencial fuerte», como el hardware.

Según el coordinador de tecnologías de la información en la Fundación México-EEUU para la Ciencia, Iván Zavala, miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 Argentina y Uruguay, Escobar no sólo creó algo «tan exitoso y con impacto global» como Cuevana sino que al presentar «creaciones nuevas» como Acámica demuestra que «se ha mantenido innovando». – Elena Zafra

 

http://technologyreview.es – INNOVAticias

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