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viernes, septiembre 22, 2023

Isabel Medem, una innovadora peruana menor de 35 años

Esta joven innovadora ha puesto en marcha un servicio de instalación de baños secos y recogida de heces humanas para compostaje.

Los excrementos humanos diseminados en campo abierto pueden ser muy peligrosos. A menudo contienen bacterias patógenas y parásitos que extienden enfermedades como la diarrea aguda y la disentería, responsables de cientos de miles de muertes de niños al año. Isabel Medem lo sabe y por ello lidera un proyecto para proveer de inodoros secos a familias sin acceso al alcantarillado. La joven asegura que ha llegado a identificar «heces con cólera» entre las que van a parar a sus váteres en Lima (Perú). Su empresa instala baños secos en las casas y recoge sus desechos semanalmente. Luego los somete a un tratamiento de desparasitación e higienización y los convierte en compost.

Esta joven de 28 años aborda así un problema elemental cuyo deficiente manejo golpea a los más pobres. En la periferia de la ciudad de Lima dos millones de personas sobreviven sin acceso a un inodoro. Una necesidad básica como es el saneamiento todavía no está cubierta para más de un tercio de la población mundial. Hay 2.400 millones de personas sin un sistema seguro e higiénico donde eliminar sus heces. Normalmente estas personas defecan a la intemperie y en letrinas excavadas junto a sus casas. Pero cuando estos pozos se llenan, deben construir otros o pagar para que se los vacíen.

Medem, nacida en Alemania de madre peruana, se licenció en Administración de Negocios Internacionales por la Universidad de Viena (Austria) y completó un Máster por la escuela de negocios ESCP Europe en París (Francia), Londres (Reino Unido) y Madrid (España). Trabajó en microfinanzas en París, pero quería vivir en un país donde se enfrentara a «más desafíos». Había observado de primera mano el problema que supone la falta de saneamiento cuando estuvo en África trabajando en la promoción de microcréditos. En muchos de los pueblos que visitaba en Tanzania y Madagascar no había inodoros. La joven recuerda: «Me llamó la atención que fuera un problema tan grave, de millones de casas que carecían de agua y desagüe, y lo fácil que podría ser resolverlo con una propuesta simple como la nuestra».

Su idea se materializó en 2011 bajo el nombre de x-runner, empresa social que ofrece soluciones de saneamiento mediante inodoros secos que separan la orina y las heces y permiten algo tan primordial como que «cada persona pueda tener su propio baño en casa». Tras un intento frustrado de implantación en la India, Medem y su equipo operan ahora en Perú bajo la forma jurídica de la ONG Sanisol. Allí pusieron en marcha un piloto con 40 familias que pagaban una cuota en concepto de alquiler e instalación del baño, abastecimiento de bolsas y serrín y recogida periódica de las heces. La respuesta fue positiva y ya dan servicio a 115 hogares de bajos recursos que pagan una suscripción de 34 dólares y una mensualidad de 13 dólares por la recogida.

Del váter a la pila de compostaje

Los primeros baños secos que diseñó Sanisol eran de fibra de vidrio, con un depósito para el serrín, pero actualmente distribuyen entre sus clientes el inodoro de plástico Villa. Estos váteres disponen de dos circuitos: uno para heces, que se recogen en un balde con una bolsa de plástico biodegradable; y otro para orina, que va a un tanque o a un agujero de absorción en el suelo donde se evapora. El equipo de Medem instala también una tubería de ventilación para el inodoro y entrega a las familias el serrín que deben añadir cada vez que utilizan el váter.

Sanisol acude una vez por semana a los puntos de recogida en las comunidades. Los clientes sacan de sus váteres los baldes y se los entregan a Sanisol, que arroja las bolsas con desechos en su camión y devuelve los baldes al usuario. Sólo recogen heces, aunque están estudiando aprovechar también la orina, «un desecho con mucho valor, menos peligroso y más interesante que las heces desde el punto de vista del reciclaje», asegura Medem.

La compañía también imparte sesiones formativas para que sus clientes sepan manejar el inodoro y mantenerlo limpio y hace encuestas de satisfacción. Desde agosto del 2013 han recogido unas 21 toneladas de heces, lo que se traduce en 10,5 toneladas de compost.

El proceso total de higienización y compostaje lleva unos cuatro meses. Sanisol está hablando con potenciales clientes, como ayuntamientos y viveros, y ha vendido ya las primeras bolsas de compost a la Universidad Nacional Agraria La Molina (Perú). El año que viene Medem espera llegar a 500 familias lo que supondría «104 toneladas de heces y bacterias que no van a los suelos limeños y 52 toneladas de compost», calcula la joven.

Sanisol recauda actualmente unos 800 euros mensuales y la morosidad en el pago de sus cuotas es baja. El equipo entrega cada mes un recibo que el cliente puede pagar en comercios cercanos a su casa que tienen acuerdos de afiliación con el Banco BCP para realizar cobros. Medem asegura que el 87% de sus clientes lo abona puntualmente y el resto lo hace con una pequeña demora por la que se les cobra un recargo.

La miembro de la Junta Directiva de las empresas peruanas Interbank, Ferreyros, Nextel y Camposol, Carmen Graham, miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 Perú, considera que el proyecto de Medem «tiene un impacto importantísimo en el desarrollo de los pueblos más olvidados del Perú y su ejecución definitivamente cambia la vida de las comunidades donde pueda operar».

 

www.technologyreview.es – INNOVAticias

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