Su trabajo es hacer marcas en el vídeo de acuerdo con los datos recogidos por los sensores incorporados en la cámara para luego seleccionar los mejores momentos.
La cámara Graava, utiliza un algoritmo para crear pequeños clips a partir de todo el material crudo filmado, lo que ahorra horas de trabajo de edición. La función no tiene precedentes y puede atraer a los consumidores que quieran crear cortometrajes para compartirlos en las redes sociales pero que no tienen los conocimientos técnicos. El objetivo era crear una cámara con un software de inteligencia artificial capaz de seleccionar los mejores momentos de un vídeo, de la misma manera como una persona.
Su trabajo es hacer marcas en el vídeo de acuerdo con los datos recogidos por los sensores incorporados en la cámara para luego seleccionar los mejores momentos. El aparato obtiene información de la imagen del sensor, micrófono, acelerómetro, GPS y monitor de ritmo cardíaco (a través de los relojes inteligentes de Apple o Android). De este modo, el dispositivo es capaz de catalogar el vídeo. Paisajes coloridos y animados, por ejemplo, reciben una nota mayor que otros más monótonos.
Si se desea escoger un momento para que se incluya en el vídeo, se puede usar de un comando de voz. Graava también permite elegir la banda sonora, y el resultado final será sincronizado con la música. El proceso sin embargo no es instantáneo, pues varía dependiendo de la duración del vídeo en bruto. Todo el proceso se realiza en la nube, y el archivo RAW se puede mantener en la cámara o el ordenador.
No necesita cables, la recarga de la batería se realiza mediante la inducción electromagnética y la transferencia de datos usando la red Wifi, colocando la cámara sobre la base de recarga se sincronizan los datos automáticamente. Entró en preventa el 5 de julio por 249 dólares, con la entrega prevista para el primer trimestre del próximo año. Al llegar a las tiendas, el equipo tendrá un costo de 399 dólares.
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