Tras una encuesta realizada en diversas organizaciones de varios países de la UE, los investigadores de un centro de Innovación británico llegaron a la conclusión de que, en general, los trabajadores creen que las empresas ponen muchas trabas a la hora de innovar.
Más problemas que soluciones
Si bien los empleados se mostraron muy cautelosos acerca los detalles internos de la empresa en la que trabajaban, achacaron la falta de avances en este sentido a varios factores tales como: procesos demasiado complejos, peso de la jerarquía, en fin, que los obstáculos que frenaban la evolución venían de dentro de sus organizaciones.
El estudio se centró en la percepción de la innovación que tenían los empleados del grupo empresarial que los empleaba. Y, más allá de la percepción, la idea era saber qué pensaban acerca de la capacidad práctica de innovar, que tenían que los negocios en los que trabajaban.
Los resultados muestran una falta de coincidencia entre las ambiciones que cada empleado tiene en cuanto a la posibilidad de innovar y la probabilidad real de llevar a cabo estos planes. Esto demuestra que la transición práctica de la idea a la innovación sigue siendo muy complicada.
Buenas ideas
El 60% de los encuestados está seguro de tener ideas muy claras que le permitirían cambiar y transformar cosas dentro de su empresa. Pero inmediatamente señalan desde dentro de la empresa sienten que les ponen frenos para alcanzar cualquier nivel de innovación.
El 48% de los empleados culpa de este problema a que los «procesos internos resultan demasiado complejos», mientras que un 40 % sostiene que son los mismos gestores de recursos o jefes quienes bloquean el progreso.
Por otro lado, para el 44% de los empleados, uno de los frenos de las empresas son aquellas personas o sectores encargados de verificar la «conformidad» de posibles innovaciones. Más interesante aún, el 44% de ellos consideran que estos frenos a menudo surgen del grupo de empleados que muestran «resistencia al cambio».
Cuando se le preguntó acerca de cómo fomentar una innovación en sus empresas, los empleados encuestados sienten que la posibilidad de hacerlo es «importante» para el 52%, ya que «los empleados y/o equipos que logran producir o vender productos nuevos e innovadores se considera que son triunfadores.
Igualmente siguen considerando que el proceso de la innovación a veces resulta demasiado largo, ya que el 44% de los encuestados cree que es importante que exista una «ejecución rápida entre la idea inicial y el producto fina y que las empresas tendrán que innovar primero en sus propios métodos de gestión para poder innovar en otros ámbitos.