Consumir bebidas energéticas es una costumbre que deberíamos empezar a abandonar, según explican los expertos. Según una encuesta realizada hace unos meses, casi la mitad de los alumnos de 14 a 18 años tomó bebidas alcohólicas en los últimos 30 días, concretamente el 47,7%.
De ellos, el 19,5% de los estudiantes mezcló bebidas energéticas con alcohol en el último mes, según datos de la Encuesta sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias (2023), conocida como Informe Estudes y publicada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Las terribles bebidas energéticas
Son muchas las creencias que se han ido difundiendo a lo largo de los años sobre este tipo de bebidas energéticas. A continuación, desvelamos la realidad de las más comunes:
- La Taurina, ingrediente presente en estas bebidas energéticas, ¿contiene un efecto enérgico? La realidad es que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) lo ha negado como efecto positivo asociado a este tipo de bebidas.
- ¿El Ginseng es beneficioso para hacer frente al cansancio? No existe ningún respaldo científico sobre esto. Lo mismo ocurre con el guaraná y la L-carnitina, que no ayudan a recuperar el cansancio, ni mejoran la capacidad cognitiva, ni la resistencia física.
- A nivel genérico, ¿las bebidas energéticas son buenas para el deporte, la recuperación y el rendimiento? Lo cierto es que no. No contienen ni electrolitos ni aporte nutricional.
- ¿El consumo de bebidas energéticas disminuye los efectos del alcohol? No. Simplemente, enmascaran la “borrachera”, pero los efectos ebrios siguen estando.
- Sustituir un café por bebidas energéticas, ¿equivale a lo mismo? Nunca. Las bebidas energéticas contienen más azúcares o edulcorantes, además de cafeína.
- ¿Las bebidas energéticas son realmente bajas en azúcar? Estos productos suelen contener en torno a 15 g/100 m, de manera que si tomamos una lata de 500 ml consumiremos 75 g de azúcar, lo que equivale a casi 19 terrones de azúcar.
- Este tipo de bebidas, ¿son una buena fuente de vitaminas? Muchas de ellas sobrepasan la cantidad diaria recomendada, pudiendo provocar una acumulación que podría derivar en una intoxicación.
¿Tienen algún beneficio?
El único beneficio que puede aportar el consumo de este tipo de bebidas energéticas, es un incremento del rendimiento a través de la cafeína que contienen. Sin embargo, la concentración de cafeína que aporta comparada con la de un café puede ser, según el tamaño de la lata, ligeramente menor o muy superior. Si a todo esto le sumamos el alto contenido en azúcares o edulcorantes, un café es una mejor opción a tomar, tanto por su contenido en cafeína, como en azúcares y edulcorantes.
¿Puede resultar perjudicial para la salud?
Los expertos coinciden en que el gran problema detrás del consumo de este tipo de bebidas energéticas está en su contenido de cafeína y azúcares o edulcorantes.
En el caso de la cafeína y el azúcar, ambas pueden generar adicción y un incremento del consumo. En este sentido, es importante añadir que se ha detectado un auge en el uso de bebidas energéticas con alcohol, una combinación que se debe evitar en su totalidad, ya que la cafeína disminuye la percepción de la intoxicación etílica y su efecto depresor del alcohol, elevando el riesgo de aumentar el consumo tanto de alcohol como de cafeína.
El consumo de bebidas energéticas se asocia a diversos problemas de salud y los relaciona con los ingredientes comunes en su composición:
- Cafeína: Puede provocar taquicardia, temblor, mareo, insomnio, aumento de la tensión arterial y problemas digestivos.
- Azúcar: Puede provocar obesidad, problemas cardiovasculares, diabetes, caries y cándidas.
- El exceso de vitaminas: Puede provocar erupción cutánea, diarrea, entumecimiento articular, intoxicación hepática y hormigueos en manos y pies.
- L-Carnitina: Puede provocar vómitos, gastritis, náuseas y diarrea.
- Guaraná: en exceso puede provocar insomnio, problemas digestivos y aumento de la presión arterial.
- Ginkgo biloba: también en exceso puede provocar malestar intestinal y reacción alérgica.
Las bebidas energéticas caseras pueden ser una buena opción a estos productos ultraprocesados, ya que nos aportan energía con ingredientes naturales. Se pueden hacer con té verde, fruta, agua de coco, limonada o yerba mate, por ejemplo.