Una veintena de reputados cocineros catalanes han pasado a engrosar las filas de los opositores a los alimentos modificados genéticamente. Hasta ahora, los más activos contra los transgénicos eran algunas organizaciones agrarias y ecologistas, productores de alimentos ecológicos y organizaciones de cooperación internacional.
Pero ahora estos chefs se han convertido en la punta de lanza de la preocupación social que suscitan los alimentos que se alteran al margen de los cruces vegetales naturales. Son el sensor gastronómico de una sociedad que quiere alimentos libres de pesticidas que conserven su olor y su sabor.
Los chefs temen que los transgénicos hagan perder variedad en la alimentación
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