WWF reclama que se depuren responsabilidades en la administración andaluza, a raíz del descubrimiento de una balsa ilegal de riego la semana pasada. Según WWF, resulta inexplicable que durante un mes no se haya levantado la voz de alerta ante la construcción de una cavidad con una superficie equivalente a la de dos campos de fútbol, y la capacidad de 80 piscinas olímpicas, que ha implicado el movimiento diario de 5 tractores. Todo ello justo al lado de una carretera transitada por multitud de vehículos.
WWF ha manifestado su indignación ante este nuevo episodio de incumplimiento de la ley en la comarca de Doñana, y pide un control efectivo que ponga freno al descontrol actual en las actividades que están teniendo lugar en la zona. La balsa ilegal que WWF sacaba a la luz la pasada semana llevaba construyéndose un mes sin permisos, y sin recibir ningún aviso de sanción. Se trata de un nuevo ejemplo del clima de impunidad que reina en la zona y un síntoma de la falta de vigilancia por parte de la Consejería de Medio Ambiente y la Agencia Andaluza del Agua.
Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España explica: “WWF lamenta el retraso de la Junta y el Ayuntamiento de Almonte en aplicar la ley en este caso. El hecho de que se produzca un mes después del comienzo de las obras demuestra, una vez más, la situación de desorden que lleva denunciando nuestra organización desde hace años”. Y concluye: “Casos como el de esta balsa revelan la urgente necesidad de la puesta en marcha de un plan para la fresa. Pero la nueva normativa será inviable si no va acompañada de una mejora en las medidas de control, actualmente insuficientes”.
En la zona existen cerca de 3.000 hectáreas de monte público transformados ilegalmente en cultivos de regadío. Además, existen más de 1.000 pozos que extraen agua sin autorización, lo que unido a la proliferación de incendios forestales, suponen una amenaza constante al entorno. La Fiscalía ha comenzado ya a actuar contra estos hechos, algo que contrasta con la escasez de denuncias por parte de la Junta, en la que se echa de menos más iniciativa e implicación en la regulación de la zona fresera.
WWF recuerda que el mantenimiento del acuífero no sólo es vital para la conservación del Parque Nacional, sino también para el abastecimiento de los vecinos de la comarca. Además, la construcción de una balsa de agua de estas dimensiones, sin las pertinentes medidas y certificados de seguridad, supone un enorme riesgo de rotura o desbordamiento cuyas consecuencias podrían ser desastrosas tanto para el entorno natural, como para los habitantes de la zona.
Las cifras
El Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (POTAD) se aprobaba en 2003, identificando la superficie de cultivos de regadío intensivo. Seis años más tarde, en 2009, se ha superado esta superficie en más de un 18% (1.683 ha).
De estas 1.683 ha convertidas en superficie agrícola, una cuarta parte (417 ha) procede de la deforestación de amplias zonas de bosque. Y lo más alarmante, 110 de ellas tras el anuncio de la Junta de Andalucía, en 2007, de la futura aprobación del Plan Especial de Ordenación del Regadío en la Corona Forestal de Doñana (comúnmente conocido como ‘Plan de la Fresa’), momento en el que se procedería a un férreo control de la transformación ilegal de los terrenos, o la apertura de nuevos pozos.
Según datos oficiales existen más de 1.000 pozos ilegales en la comarca de Doñana. Desde 2004 apenas se han registrado cierres.
La Consejería de Medio Ambiente coloca a Huelva como líder en Andalucía en número de incendios en suelo forestal, con un total de 211 intervenciones. El informe 2009 señala a los términos municipales de Almonte, Bonares y Lucena, tres localidades de la zona fresera, como los más afectados. El Informe Anual sobre Incendios de Doñana de WWF confirma esta tendencia.
WWF