MODELO ALIMENTARIO SOSTENIBLE: es un modelo de alimentación que tiene como objetivo afrontar las preocupaciones de salud y ambientales asociadas a la producción y consumo de alimentos.
Para ello, además de garantizar la salud de las personas, busca promover la producción y consumo responsables, genera un impacto ambiental reducido, lucha contra el cambio climático, respeta la cultura, la biodiversidad y protege los ecosistemas terrestres y la vida submarina.
Este tipo de alimentación, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, es responsable, sostenible y ético, tanto a nivel local como global con el entorno y con el resto de seres vivos del planeta.
La alimentación sostenible también tiene en cuenta la huella ambiental de la alimentación, es decir, la emisión de gases, el consumo de energía y el uso de recursos hídricos así como de la tierra durante todo el proceso de la cadena alimentaria. Además de priorizar alimentos poco procesados, locales y de temporada y potenciar actividades culinarias y gastronómicas.
En la alimentación sostenible, es fundamental que la producción de los alimentos sea culturalmente coherente y no tenga una repercusión ambiental considerable.
Por ello, para contribuir al logro de la ODS y el acuerdo de clima de París es esencial que los sistemas alimentarios sean “A prueba de futuro”, es decir, resistentes, sostenibles, responsables, diversos, competitivos e inclusivos.
Es indispensable una dieta sostenible que respete el medioambiente
Han presentado en Valencia el informe ”Revolución Alimentaria: Urge una transición del inviable sistema actual a un MODELO ALIMENTARIO SOSTENIBLE”. El evento se ha celebrado en el mercado agroecológico de la Plaza de Benimaclet, con la participación de representantes del sector primario, de la asociación Per l’Horta y el chef Juan Llorca.
El informe advierte que el sistema alimentario español actual es inviable: contribuye al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez hídrica y la sobreexplotación pesquera y animal.
Además, incrementa la dependencia de las importaciones y amenaza la soberanía alimentaria. Como alternativa, ecologistas proponen un modelo 100 % agroecológico, basado en el aumento de la producción y consumo de legumbres, ganadería extensiva, pesca de bajo impacto ambiental y alto valor social, en la reducción del desperdicio alimentario y un consumo basado en la “dieta de salud planetaria”.
Este modelo convertiría el sistema alimentario en un sumidero de carbono, con una reducción neta del 116 % de emisiones. También frenaría la pérdida de biodiversidad y generaría un 35 % más de empleo relacionado con la alimentación.
Se ha elegido Valencia para presentar nuestro modelo alimentario por su relevancia histórica en políticas alimentarias sostenibles y por la riqueza cultural ecológica de su huerta, que abastece a buena parte de la ciudad.
Es fundamental que, empezando por ciudades como Valencia, impulsemos esta transición alimentaria para adaptarnos a los retos climáticos que ya estamos sufriendo, y que, desgraciadamente, Valencia ya ha sufrido recientemente con la DANA.
El evento de presentación se ha realizado en la plaza de Benimaclet (Valencia), donde tiene lugar un mercado de alimentos ecológicos, locales y de temporada vendidos directamente por los productores, para exponer la necesidad de este cambio de modelo y asegurar el futuro del sector primario en España y una soberanía alimentaria.
Chef Juan Llorca
El chef Juan Llorca también ha participado en este evento, realizando una receta con productos de la zona, agroecológicos y de temporada, eligiendo como productos principales la alubia del confit y el cacahuete cacao del collaret, este último en peligro de desaparición.
Con su demostración culinaria, el chef ha explicado la importancia de la recuperación de esas “semillas nutritivas y sostenibles” que son las legumbres y sus variedades tradicionales, y que resultan clave para la transición proteica y agroalimentaria en España.
La elección del mercado agroecológico de Benimaclet busca visibilizar estos espacios, que fomentan la venta directa y el vínculo entre productores y consumidores, y el acceso a alimentos frescos, sostenibles y de temporada.
Estamos aquí para poner en valor el trabajo de los productores agroecológicos y artesanales y de mercados de venta directa como el de hoy, que permiten a los productores vender su producto sin intermediarios, a un precio justo, y a los consumidores comprar directamente a quien produce sus alimentos. Es fundamental mantener estos espacios de cuidados entorno a la venta y consumo sostenible y saludable.
Producción ecológica
La Comunidad Valenciana ya alcanza un 15,7 % de su Superficie Agraria Útil (SAU) en producción ecológica, superando la media estatal del 12,5 %. La ciudad de Valencia es clave en esta transición: su huerta, reconocida como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), se encuentra actualmente amenazada por la especulación urbanística.
Los resultados que arroja el informe en la C. Valenciana señalan que si se transforma el modelo actual a uno sostenible, habrá una reducción del 70,94 % la contaminación por nitratos, que se incrementaría la producción de hortalizas en un 124 %, y se multiplicaría en más de 4000% la producción de leguminosas en secano en 2050.
Debido al elevado impacto de la ganadería industrial y muy en particular del sector porcino, organizacones ecologistas ha decidido poner el foco en este sector porque su transformación tiene una enorme capacidad de arrastre para todo el sistema alimentario.
En este ámbito, la Comunidad Valenciana está siguiendo el buen camino, ya que desde 2022 – cuando alcanzó el récord – bajó un 25 % el número de cerdos, pasando de 1,3 millones de cerdos a 0,98 en 2024.
Pese a que esto es positivo porque se reduce el impacto asociado, esta bajada, sin embargo, no va asociada a un cambio de modelo, ya que las macrogranjas de cerdos siguen en aumento, en concreto entre 2022 y 2023 (últimos datos disponibles) se han incrementado un 29 %.
La pesca en la Comunidad Valenciana en la actualidad se caracteriza por tener una flota en la que predominan las artes menores (51,47 %) y el arrastre (40,5 %), seguidos del cerco (6,65 %).
El Modelo Alimentario Sostenible propone un cambio en la composición de la flota que, en el caso de la Comunidad Valenciana, se basaría en la sustitución de parte de la flota de arrastre por artes de pesca de bajo impacto ambiental y alto valor social.
Con este cambio en la distribución de la flota, sumado a una protección efectiva del 30 % de superficie marina con un 10 % altamente protegido, no solo se estarían conservando los ecosistemas marinos sino que se podrían extraer recursos de forma sostenible, aumentando hasta un 55 % las capturas en el caladero nacional para 2050 frente a si mantenemos el actual modelo pesquero.