El cambio climático convierte 2025 en un año de incendios, danas y alertas constantes en Cataluña

Publicado el: 26 de diciembre de 2025 a las 10:55
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Incendio forestal extremo en Cataluña provocado por el cambio climático

La falta de agua es probablemente uno de los principales efectos negativos del cambio climático.

Por otro lado, no podemos perder de vista el incremento del nivel del mar, consecuencia directa del deshielo de los polos y de los glaciares. Se calcula que cada diez años el nivel del mar sube unos 0,4 centímetros, cosa que provoca que puedan desaparecer playas y también la desaparición de muchas regiones que están en zonas bajas debido a las inundaciones.



El incremento de la temperatura del agua del mar provoca también cambios en la flora y la fauna marina, cosa que provoca que diferentes especies que hasta ahora podían vivir en un lugar concreto, ahora cada vez lo tengan más complicado, ya que no pueden soportar la vida en estas nuevas condiciones, provocando así su extinción.

Referente al territorio, se calcula que será cada vez más seco y árido. El hecho que cada vez llueva menos, aumentará el riesgo de incendios, sobre todo en las zonas de alta montaña y como consecuencia la flora y la fauna también se verá afectada.



Fuegos de sexta generación, lluvias torrenciales e inundaciones han marcado un año en el que el cambio climático se ha convertido en una amenaza cotidiana para Cataluña.

El cambio climático intensifica los fenómenos extremos en Cataluña

Fuegos de sexta generación en Lleida, inundaciones en Terres de l’Ebre y el oído cada vez más acostumbrado al ES-Alert; es la nueva realidad de los catalanes en un 2025 repleto de fenómenos meteorológicos extremos como consecuencia del cambio climático.

El Mediterráneo es la zona del planeta que más rápido se calienta, al tiempo que acumula inclemencias aparentemente contradictorias: sufre duras sequías, pero también es escenario de lluvias torrenciales.

Este 2025, terminaron todas las restricciones por sequía: fue en abril cuando el Govern levantó las limitaciones al consumo de agua en el sistema Ter Llobregat, que abastece a 202 municipios del área metropolitana de Barcelona y Girona, después de nada menos que 56 meses (4 años y medio).

Los catalanes han pasado de tener olvidado el paraguas en el armario a volver a introducirlo en su vida cotidiana, pues ha llovido este año, y a veces con ganas.

Al término del 2025, las reservas de las cuencas internas están por encima del 70 % de capacidad y seguirá creciendo: en primavera llegarán a los pantanos las capas de nieve que ahora cubren las montañas de los Pirineos.

DANA e inundaciones: el nuevo miedo en Terres de l’Ebre

Tras los trágicos sucesos de València del 29 de octubre de 2024, la dana se ha convertido en una palabra conocida y temida por los catalanes, sobre todo los de Terres de l’Ebre.

La zona del sur de Cataluña ha sido la más castigada por estas borrascas con intensas lluvias; la más destacada fue el pasado 12 octubre, cuando una dana provocó 18 heridos, cortes en siete carreteras y una línea de tren, y un paisaje devastado de calles enfangadas y coches arrastrados por el aguacero.

El temporal dejó acumulaciones récords de lluvia, como los 280 litros por metro cuadrado (l/m²) registrados en Mas de Barberans (Tarragona), y dañó otros pueblos como Ràpita, Santa Bàrbara o Godall.

Fue uno de los momentos de este 2025 en los que los habitantes de Terres de l’Ebre oyeron ese pitido agudo en sus móviles del ES-Alert, que avisaba de la necesidad de no desplazarse y quedarse en zonas elevadas.

Protección Civil ha hecho uso este año del ES-Alert para alertar ante fenómenos meteorológicos potencialmente peligrosos en diversos puntos de Cataluña.

Luego, no siempre se han cumplido los pronósticos, lo que ha abierto debates sobre la conveniencia de afinar bien la situación en la que se debe enviar la alerta, para que la ciudadanía no se acostumbre y le quite importancia.

En verano, el problema fue de nuevo el calor, pues Cataluña vivió 101 de los 870 episodios de nivel 3 por elevadas temperaturas (alto riesgo por calor extremo), lo que supone el 11,6 % del total de los casos registrados en España.

Incendios de sexta generación y calor extremo

Como consecuencia del calor, la campaña forestal fue muy complicada y se saldó con tres muertos en los dos grandes fuegos forestales de julio en Paüls (Tarragona) y Torrefeta i Florejacs (Lleida), y con un balance de 338 incendios forestales, con 8.615 hectáreas afectadas, de ellos el 16 % intencionados y el 26 % por negligencias.

El más duro fue el de Torrefeta i Florejacs, en la comarca de la Segarra, que fue un incendio de sexta generación, que se caracteriza por ser extremadamente voraz y avanzar con una propagación muy rápida.

El incendio se propagó con velocidades punta de 28 kilómetros por hora, debido al estado del combustible, muy seco, con abundancia de campos de cereales, y generó la formación de un pirocúmulo -nubes de fuego- propiciado por la inestabilidad atmosférica.

Este gran incendio puso de nuevo sobre la mesa la necesidad de gestionar mejor el territorio para que sea más resiliente a la hora de afrontar estos fenómenos extremos. Seguir leyendo en ECOticias.com /EFE

Imagen autor

Jordi Company Armengol

Jordi Company es bien conocido en el ambiente editorial catalán. Actualmente, está al frente de ECOticias.com, un medio que es visitado en castellano e inglés por lectores de medio mundo.

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