Una megaplanta está arrasando en el planeta Tierra. Se habla de 36.000 toneladas al año y un proyecto que, aunque con objetivos similares, ni si quiera se plantea a la megaplanta renovable en la que trabaja España. En el contexto actual, donde el cambio climático incide sobre las decisiones personales y gubernamentales, el ciclo del carbono juega un papel crucial. El ciclo del carbono es un proceso natural que contempla el intercambio continuo de carbono entre la atmósfera, los océanos, la biosfera y los depósitos de carbono del planeta.
Se ejecuta por medio de diferentes procesos, como la fotosíntesis, la respiración, la descomposición y la combustión. El carbono se halla en diversas formas, como dióxido de carbono (CO2), carbono orgánico e inorgánico, y se transporta a través de distintos reservorios. El ciclo de carbono está íntimamente ligado al cambio climático. Conforme sube la concentración de dióxido de carbono a causa de actividades humanas (no de la forma natural que hemos mencionado), se genera un desequilibrio en el ciclo natural del carbono.
Esto tiene consecuencias nefastas para el clima global, dado que el incremento de dióxido de carbono actúa como un gas de efecto invernadero, atrapando más calor en la Tierra y dando lugar a un aumento de la temperatura. Claros ejemplos de los efectos del cambio climático relacionados con el ciclo de carbono son el deshielo de los glaciares, la alteración de los patrones climáticos, la acidificación de los océanos y la pérdida de la biodiversidad. La megaplanta que está arrasando en el planeta busca mitigar esta realidad.
Una megaplanta impactante busca ahorrar 36.000 toneladas de carbono al año
La crisis climática vive un nuevo periodo con la llegada de una “gigantesca” planta de captura de carbono de Islandia. El lanzamiento de Mammoth, la planta más grande del mundo, supone un antes y un después. Ha sido diseñada para funcionar como una aspiradora de grandes dimensiones, descartando la contaminación de la atmósfera que calienta el planeta. La instalación es 10 veces más grande que su predecesora, Orca, que comenzó su funcionamiento en 2021. Ambas iniciativas tienen el sello de la compañía suiza Climeworks, según informa CNN.
La captura directa de aire (DAC), la tecnología que utiliza Mammoth, emplea productos químicos para extraer carbono del aire. El carbono capturado puede almacenarse bajo tierra, pasar a formas sólidas o usarse en diferentes productos. Para llevar adelante esta innovadora iniciativa, Climeworks se ha vinculado con la firma islandesa Carbfix para el proceso de secuestro subterráneo, done el carbono se inyecta en la roca volcánica y se convierte lentamente en piedra, bloqueándole de manera permanente.
Esta megaplanta funciona íntegramente con energía geotérmica limpia, cuyo origen está en abundantes recursos naturales de Islandia. Un escenario que represente un aspecto clave en la disminución de la huella de carbono. Este proyecto está ganando cada vez mayor atención conforme los niveles globales de CO2 superan máximos históricos, caso que se dio en 2023.
El fin de la crisis climática: una megaplanta que absorbe el carbono
El pronóstico es que, a plena capacidad, Mammoth elimine 36.000 toneladas de carbono cada año, una cifra que equivale al retiro de la carrera de unos 7.800 coches con gasolina. No obstante, Climeworks alerta que el coste de la captura de carbono continúa siendo alto, con estimaciones que ubican el coste por toneladas más cerca de los 1.000 dólares que del umbral de los 100, que convertirían esta tecnología en un concepto más viable a escala.
La compañía aspira a grandes cosas, como captura un millón de toneladas al año para 2030 e incrementar la cifra a mil millones de toneladas anuales para 2050. A fin de alcanzar estos objetivos, Climeworks está planeando su expansión hacia nuevas plantas en Kenia y Estados Unidos. Así es como esta megaplanta está arrasando con una firme promesa que no pasa desapercibida. Mientras tanto, en otra parte del mundo planean una megaplanta de hidrógeno verde.




















