El pasado mes de junio se vivieron en España días de un calor inusual para esa fecha del año. Es más, en algunas localidades del sur del país se llegaron a los 40 grados cuando apenas se había comenzado ese mes de junio.
Lo dicho, temperaturas para nada corrientes en esas semanas y que son más propicias en los días más cálidos del año que suelen ser entre el 15 de julio y el 15 de agosto que es cuando se da un calor típicamente canicular.
Por «suerte» parece ser que esos momentos de calor extremo se han acabado por lo que resta del verano 2025. A estas alturas del año todo indica que no se volverán a repetir días de temperaturas tan intensas que apenas bajaban en las horas de la noche. Eso sí, esto no quiere decir que no haya jornadas con altas temperaturas que casi puedan llegar a una ola de calor.
¿Podemos decir adiós a los días de calor extremo este verano? Todo indica que sí… con matices
Este 2025 el calor se ha adelantado de forma inusual. Antes de que acabara mayo ya estábamos a 40 grados y en junio tuvimos la primera ola de calor. Apenas hemos llegado al periodo más cálido del año por excelencia, la canícula, que en nuestro país abarca del 15 de julio al 15 de agosto. Sin embargo, en muchas zonas de España, llevamos con temperaturas incluso por encima del calor típicamente canicular desde hace muchos días. Por ejemplo, en Madrid, de media, se dan 11 días cálidos durante el verano. Este año llevamos 16, y todavía queda lo peor.
A lo largo del verano, al igual que en el resto de estaciones del año, hay vaivenes térmicos. Aunque la época estival se caracteriza precisamente por el calor, hay que distinguir entre los días frescos del verano, los de calor habitual y los días cálidos, en los que el calor se hace poco llevadero. Estos días cálidos -en el conjunto nacional- se suelen dar «en serie» dando lugar a los llamados episodios de altas temperaturas que, si llegan además a cumplir un estricto criterio, se denominan olas de calor.
Este tipo de episodios ocurren bajo ciertas condiciones que favorecen el aumento de las temperaturas. Entre ellas se encuentran la entrada de aire cálido procedente del norte de África o el recalentamiento de una masa de aire situada sobre la Península provocado por la subsidencia, un fenómeno que comprime el aire hacia el suelo en situaciones anticiclónicas. En muchas ocasiones, las olas de calor son el resultado de la combinación de ambos factores.
Los días cálidos se pueden dar de forma aislada y local. Por ejemplo, en los litorales con viento de terral muy cálido y seco pueden darse temperaturas cercanas a los 40 grados tanto en el Cantábrico como en el mediterráneo. De la misma forma, un nuevo cambio de vientos puede producirse en la jornada siguiente y dar lugar a una repentina bajada de temperaturas, por tanto, en estas zonas el calor suele ser más efímero.
¿Qué se puede considerar como día cálido?
Se considera como día cálido aquel en el que la temperatura máxima excede el umbral de ola de calor. Es decir, se puede considerar que un día es cálido cuando la temperatura se encuentra entre el 5% de las más elevadas de los meses de julio y agosto, según la climatología (periodo de referencia 1991-2020). Con esta definición de la AEMET, podemos afirmar que las máximas de estos días se consideran extremas.
Además, para cada localidad se considera un valor diferente. Para Madrid, un día es cálido si la temperatura es igual o superior a 36,4 ºC mientras que para Bilbao se consideraría a partir de los 33 ºC y para Sevilla de los 41,1 ºC.
Han sido tantos los días de calor extremo sin apenas tregua, que a estas alturas del año prácticamente se ha agotado el cupo de estos días cálidos o «días insoportables y poco llevaderos» de todo un verano si lo comparamos con los que se daban antaño. En algunos casos el calor ha destacado tanto por su intensidad como por su persistencia. El ejemplo más claro es Madrid: este año ya se han dado 16 días cálidos, sin haber comenzado siquiera la canícula. En la capital vallisoletana ya llevan 15 días, aunque también destacan los datos de otras grandes ciudades.
Tras haber tenido la primera ola de calor en junio, parece que llega un nuevo episodio de altas temperaturas que podría quedarse muy cerca de ser ola de calor. Tanto en la península Ibérica como en las Islas Canarias, se registrarán valores muy altos entre el martes 15 y el jueves 17 de julio. No se descarta que en las Islas Canarias tengan la primera ola de calor del verano, ya que el archipiélago quedó al margen de la ocurrida en junio sobre el territorio peninsular.
Según apuntan los modelos, parece que este viernes 18 el acercamiento de una borrasca acompañada de una masa de aire más frío por el noroeste podría suponer un descenso térmico que comenzaría por el oeste y el norte. Supondría la progresiva retirada de la masa cálida del territorio peninsular, que acabaría de afianzarse durante el fin de semana. ECOticias.com