“Desde 2009 la cifra de trabajadores de Pemex y de contratistas que han muerto sobrepasa los 190 y más de 570 han resultado heridos como consecuencia de los numerosos accidentes que se han producido en los equipos de perforación en alta mar.”
De acuerdo con los datos de la Escuela de Proyectos de Energía e Información Ambiental de Periodismo de la Universidad de Columbia de EEUU, la petrolera mexicana ha sufrido también al menos 31 accidentes graves desde 2009 con víctimas mortales, lesiones, además de los innumerables problemas de contaminación y daños medioambientales.
Una tétrica estadística
Para muestra solo hay que remontarse al 2013 cuando primero se produjo una explosión en la sede de la Ciudad de México de la empresa en la que además de perderse preciosas vidas humanas, se contaminaron tres ríos y el agua potable de medio millón de personas
Pero es que en el transcurso de ese mismo año por una fuga en la tubería química se hubieron de evacuar más de 1.000 personas, para impedir que se vieran afectadas por los gases; el daño medioambiental fue muy importante.
Siete trabajadores murieron el 1 de abril 2015 y otros 45 resultaron heridos cuando, a las 4.30 am, una plataforma de petróleo situada frente a la costa de la península de Yucatán estalló en llamas. Tomó 16 horas y el empleo de 36 embarcaciones y 57 helicópteros lograr extinguir por completo el incendio.
Treinta y cuatro días más tarde, otro equipo de perforación en alta mar de Pemex se derrumbó, matando a dos operarios e hiriendo a 10 más. Y sólo siete semanas después de eso, el 22 de junio, un tercer equipo de perforación en alta mar se incendió a causa de una fuga de aceite y gas que por pura suerte no ocasionó heridos o víctimas mortales.
La plataforma Abkatún ha tenido innumerables accidentes, el último y más grave de los cuales sucedió en febrero de 2016 cuando un fallo hizo que una de las unidades de compresión se prendiera fuego, con el resultado de otros tres muertos y ocho personas heridas.
Hay que hacer algo YA
La extracción de petróleo es una industria peligrosa, pero en México, donde Pemex acapara más del 95% de las operaciones de petróleo del país, las estadísticas son aún peores y están muy por debajo de las que indica la medida Internacional.
Según muchos analistas y activistas medioambientales que denuncian las pésimas condiciones de trabajo, la poca seguridad y la falta de control, este tipo de plataformas petroleras que se hallan en alta mar, son algo así como bombas de tiempo, que un día u otro estallarán.