En ese marco, desde el 5 de octubre, el Centro de Estudiantes de la sede regional de Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN)
Desde varias semanas atrás varias organizaciones ambientalistas reclaman frente al Congreso la urgente sanción el proyecto de ley de Presupuestos Mínimos de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Esa norma lleva más de 4 años en el Poder Legislativo y ya cuenta con media sanción del Senado. Sin embargo, en la Cámara de Diputados, el trámite está parado.
En ese marco, desde el 5 de octubre, el Centro de Estudiantes de la sede regional de Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la municipalidad de la ciudad y la cooperativa de trabajo “La Toma del Sur” vienen realizando la Primer Campaña de Recolección de Residuos Electrónicos. La pregunta es: ¿Por qué es tan importante la basura electrónica? Según Consuelo Bilbao, coordinadora de la Unidad Política de Greenpeace, “la basura electrónica está generando una bomba de tiempo que debe ser desactivada, es sumamente peligrosa para el ambiente y la salud de las personas”. En este sentido, pidió por “una ley que separe a los residuos electrónicos del flujo de la basura común, que permita el reciclado y la recuperación y disponga que los productores se hagan cargo de la gestión de estos aparatos una vez finalizada su vida útil. Esa responsabilidad recae hoy sobre el Estado”. Este reclamo de reciclaje inmediato tiene su fundamento en la composición de los productos eléctricos que habitualmente se usan: los materiales con que se fabrican son sustancias tóxicas como mercurio, plomo, cadmio, y también materiales valiosos que pueden ser reciclados como cobre, oro y plata.
En ese marco, la campaña que se organiza en Avellaneda hasta el 31 de octubre, consiste en la recepción, en contenedores que se ubicarán en la entrada de la sede regional de Avellaneda de la UTN, de residuos electrónicos tales como computadoras, teclados, mouse, monitores, fotocopiadoras, scanners, máquinas de escribir electrónicas, calculadoras, fax, teléfonos, celulares, radios, televisores, videocámaras, instrumentos musicales u otros aparatos de transmisión de sonidos e imágenes y transformadores, según comentaron desde “La Toma del Sur”. Asimismo, los organizadores aclararon que no aceptarán elementos tales como baterías sueltas, cartuchos de impresión, tonners y lámparas de ningún tipo.
En la cooperativa “La Toma del Sur” hace largo tiempo que vienen trabajando en la búsqueda de un destino útil para aquellos productos eléctricos que día a día se desechan. El emprendimiento, que nació en Dock Sud en el marco de la crisis de 2001, busca generar trabajo y enseñar oficios a los jóvenes así también como evitar la contaminación que generan estos residuos especiales y, en base a su reciclado, proporcionar nuevas computadoras para las escuelas de la ciudad, gracias a un convenio que la cooperativa tiene con el municipio de Avellaneda.
Facundo de la Fuente Corresponsal de Agencia Tercera Sección en Avellaneda |
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