La omnipresencia del mercurio en Chile. Chile posee recursos mineros extraordinariamente ricos entre las regiones I y IV, que se han desarrollado a partir de la industria de la extracción. Y que dado su valor económico resultan esenciales para la pujanza y el avance del país.
Sin embargo, las descargas de desechos de este tipo de producción han creado un problema ambiental en la mayoría de las minas que están ubicadas en la cordillera de los Andes o en las zonas cercanas.
Y el agua utilizada en el proceso de extracción suele depositarse directamente en los ríos, lo que aumenta significativamente el nivel de contaminación química de los mismos.
Por lo tanto, las aguas río abajo de las minas, que son utilizados en la agricultura, sufren las consecuencias negativas de la contaminación de un recurso natural que es cada vez más escaso. Y por ello resulta, aún más preciado.
Además, las partículas de minerales molidos liberados a la atmósfera se depositan sobre el suelo. Una situación que afecta drásticamente a los recursos de la naturaleza. Y a la amplia y rica biodiversidad de las áreas que circundan los centros de extracción.
El peor lugar
Una de estas zonas más afectadas es la región Metropolitana, donde se suelen verificar los niveles de contaminación más altos de mercurio en el país. Y esto es debido a la descarga de residuos industriales y domésticos.
En un país que posee solo 200 km de ancho, la reunión de todos estos contaminantes en los ríos da como resultado un flujo rápido hacia el mar. Con lo que se polucionan con mucha celeridad las aguas costeras y la biota. En general, esta contaminación se ha detectado principalmente en las bahías. La omnipresencia del mercurio en Chile.
Las industrias contaminantes
Entre las regiones VII y IX, las principales fuentes de contaminación por mercurio están relacionadas con sitios de procesamiento industrial de celulosa (Regiones VII y VIII). Y hasta la década de 1980, a causa de la industria blanqueadora que utilizaba soda.
Uno de los sitios más importante en cuanto a las actividades industriales y la pesca también se encuentra en esta área. En la Bahía de San Vicente, las descargas de desechos que muchas veces son liberados directamente en el océano. Y que incluyen aguas residuales, desechos industriales, de la pesca y de la minería, hidrocarburos, derivados petroquímicos, aceites y detergentes.
Esta combinación constituye algo así como un “asalto químico” que se le hace a la Bahía de San Vicente. Convirtiéndola en uno de los sitios más polucionado del país y la zona donde se llevan a cabo, desde hace años, la mayoría de los estudios de contaminación de mercurio.
Entre las Regiones X y XII, la contaminación por mercurio se reduce debido a la disminución de la liberación de los residuos domésticos. Especialmente provenientes de las baterías y los residuos sanitarios.
¿Qué se hace al respecto?
A partir de la década de 1990, Chile hizo un gran esfuerzo para reducir la contaminación a través la colaboración de varios entes públicos, Organizaciones No Gubernamentales, Universidades y algunas empresas privadas.
Estos esfuerzos de reducción de los últimos 10 años superan los 900 millones de dólares invertidos y en el sector de la minería privada han sido instaladas más de 1.100 estaciones de control y se están llevando a cabo más de 100.000 mediciones ambientales cada año.
Por otra parte, un programa educativo orientado a que la gente conozca los peligros del uso del mercurio se ha implementado en las áreas de la pequeña minería con el fin de disminuir la contaminación del aire, el agua y el suelo.
Sin embargo, aún se observan las consecuencias y los efectos perjudiciales de la acumulación de mercurio en los ríos que suministran agua a los cultivos y a las ciudades, en las bahías donde se extrae la alimentación y en el aire de algunas ciudades, donde existen fábricas que liberan sustancias químicas en la atmósfera. La omnipresencia del mercurio en Chile.
Una reflexión final
Sin lugar a dudas se están haciendo cosas, pero a la vista de los resultados, las medidas no están resultando suficientes para solventar el enorme problema que representa el mercurio que ya está contaminado, el medio ambiente chileno. Y el que se acumulará por parte de quienes actúan con insensatez o impunidad y siguen tirando sus residuos sin hacerles ningún tratamiento.
La educación sigue siendo la herramienta fundamental para cambiar la mentalidad de muchas personas. Que desconocen el alcance real del peligro del mercurio, pero que se tomen medidas de prevención, de control. Y que se multe fuertemente a quienes incumplan las reglas de juego, sería una medida muy efectiva. Ya que quienes realizan estas acciones lo hacen por dinero, así que ya se sabe cuál es su talón de Aquiles. La omnipresencia del mercurio en Chile.