La economía española ha iniciado –con una década de retraso sobre los países más avanzados de la UE- una reducción en la “intensidad energética” y una mejora en la eficiencia, en parte, por el encarecimiento de la electricidad, el gas o la gasolina, pero también, como respuesta a la crisis económica. Así se desprende del Análisis de la Intensidad Energética en España del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y de otros estudios que anuncian, además, un boom del sector de la eficiencia para este mismo año a medida que nos acercamos a la liberalización del sector eléctrico y el brusco encarecimiento de este servicio.
“En el contexto actual de incertidumbre causada por la crisis económica –explican Pilar de Arriba y Jesús García Montes, técnicos del IDAE y autores del citado estudio-, continúa la mejora de la eficiencia, y es presumible que se mantenga debido al efecto catalizador que la crisis puede tener en la realización de soluciones innovadoras y reformas estructurales adicionales que, en definitiva, conduzcan a más largo plazo a un ahorro energético-económico y mejoras de la competitividad”.
En esta misma línea, el Indice de Eficiencia Energética de la empresa Unión Fenosa revela que, en los últimos cuatro años, los hogares españoles han ahorrado 165 millones de euros en su factura eléctrica , lo que supone una mejora en la eficiencia del 6% y un ahorro de emisiones de CO2. a la atmósfera de 675.000 toneladas.
Pero no es sólo una cuestión ambiental. Según la recién creada Asociación de Empresas de Eficiencia Energética (A3E), el ahorro de electricidad, gas y demás se ha convertido en un área crucial de la política energética y de la competitividad empresarial y es, además, un motor generador de actividad económica y nuevos empleos. “En un entorno de crisis económica –explica la declaración fundacional de A3E-, dependencia energética exterior, graves problemas medioambientales y pérdida de competitividad de las empresas, la apuesta por el nuevo modelo económico que representa la eficiencia energética debe ser decidida y firme”.
La empresa Citrix Systems ha examinado las prioridades de inversión de las empresas españolas en tecnologías punta y ha llegado a la conclusión de que aquellas con el potencial de ahorrar costes, reducir consumo energético y ganar en productividad serán una tendencia clave en 2010.
LEDS, BALASTROS Y SENSORES
La Administración central ha lanzado una campaña para reducir el consumo energético en el sector de hostelería denominado Plan FuturE del que se están beneficiando cientos de hoteles y algunas empresas de tecnología de ahorro. Es el caso de Home Hotel Energy y sus productos de «ultra-ahorro energético. «Con lámparas LED en todo un hotel conseguimos ahorros de hasta un 80% respecto a las bombillas incandescentes de modo que la inversión se amortiza en muy pocos años», explica Juan Salguero, director de esta empresa española.
Otra tecnología que espera vivir grandes momentos este año es la de la compañía italiana Beghelli, cuyos fluorescentes garantizan por escrito ahorros de hasta el 70%. “Usamos los mismos tubos que otras empresas”, explica Umberto Cammarata, representante de Beghelli en España. “El secreto está en que usamos balastros electrónicos [un pequeño dispositivo que mantiene un flujo de corriente estable] y no los magnéticos, que derrochan el 90% de la energía en calor, así como en el sensor de luz, que mide la luminosidad del ambiente para generar sólo la luz necesaria”. Además, el reflector superior tiene un elevadísimo índice de reflección que permite la recuperación y la optimización del flujo luminoso emitido. Al cabo del año, estas mejoras pueden suponer muchos euros de ahorro.