Tras descubrirse la verdadera relación entre las energías renovables y los apagones, Francia tiene la táctica perfecta para evitar la aparición de un apagón en Europa. Esta palabra evoca, en la mayoría de los casos, caos, desorden e inseguridad. El ser humano ya se ha acostumbrado a vivir rodeado de luz y energía, por lo que pensar en pasar un solo día sin la comodidad de siempre parece un escenario caótico y sin futuro. De hecho, puede acarrear consecuencias graves, tanto para la cotidianeidad de la humanidad como para la economía.
Un apagón consiste en la interrupción temporal del suministro de energía eléctrica en una zona determinada. Las razones que lo ocasionan pueden ser diversas: desde accidentes hasta caídas de líneas de transmisión, sobrecargas en el sistema y fallas humanas. Sin importar el motivo que lo haya causado, los impactos pueden ser verdaderamente devastadores.
El problema no es solo la falta de luz. También perjudica la economía (interrumpiendo actividades comerciales a industriales), afecta la salud (interrumpiendo servicios médicos esenciales), incrementa la criminalidad (generando un ambiente propicio para robos y asaltos) y produce problemas de comunicación (interrumpiendo el correcto funcionamiento de teléfonos, internet y otros medios de comunicación).
Francia tiene la solución perfecta contra el apagón: Europa se lo agradecerá
La industria del hidrógeno verde ha irrumpido en el equilibrio de la red eléctrica de Francia. Lhyfe, uno de los pioneros mundiales en la producción de hidrógeno verde y renovable para la movilidad y la industria, se ha convertido en la actualidad en uno de los agentes que contribuyen a la estabilidad de la red francesa, particularmente brindando un servicio de respuesta a la demanda y comercializando en el mercado secundario de reserva. Así lo permite la flexibilidad de sus centros de producción.
De esta manera, Francia pretende acabar con los apagones, otorgándole una importante lección a Europa. Estos servicios de equilibrio, que hasta el momento no habían sido aportados por ningún productor de hidrógeno, contribuirán a una mejora en la eficacia de la red, harán más fácil la incorporación de las energías renovables y disminuirán el impacto ecológico y el coste del consumo energético de Lhyfe. Sumado a esto, confirman el potencial del hidrógeno verde renovable como actor clave en la actual transición energética.
Ofrecer una respuesta a la demanda se trata de un sistema que ayuda a “desprenderse” de parte de la demanda de electricidad durante periodos de alta demanda en la red. Con este método, se anima a ciertos usuarios (particulares, empresas o industrias) a disminuir de forma temporal su consumo de energía. El propósito es bajar la carga de la red para evitar cortes de electricidad o problemas de suministro, especialmente en momentos de mayor consumo (por ejemplo, invierno o verano en olas de calor).
Europa mira atentamente los pasos de Francia: esta es su estrategia para evitar apagones
El operador de la red paga a los usuarios participantes que optan por disminuir por voluntad propia su consumo de electricidad. Por lo tanto, la respuesta a la demanda es una solución baja en carbono que beneficia al medio ambiente y la estabilidad de la red. Tomando en consideración el potencial de su actividad en esta área, Lhyfe ha establecido una alianza con Energy Pool para aprovechar las flexibilidades de algunos de sus centros de producción en Francia, por un lapso de 5 años a contar a partir de 2025.
Dicha colaboración contempla particularmente los centros de Buléon, Bessières y Le Cheylas, con una capacidad combinada de 30 MW. Un hito considerable para Lhye, que busca constantemente la optimización de su consumo de energía por dos motivos: contribuir a la transición energética estabilizando la red, y bajar el coste de su consumo de energía, para derivar en un impacto favorable en el precio del H verde.
De la mano de la industria del hidrógeno verde, Francia espera evitar los apagones. Un gran ejemplo para el resto de Europa, especialmente para España, donde el apagón de las energías renovables aqueja, registrando 800 horas en negativo.